ו12ו

66 8 18
                                    

Una hora más pasó para que Tor se fuera. Una vez ido, la pareja quedo solo. Solamente el narco y el tranzado en la casa. El de las trenzas se había quitado el delantal, debidamente lo dobló e coloco sobre la mesa de la cocina. Recogieron todo así que la mesa estaba limpia. Pero el chico trenzado se metió al baño a mirar su cabello en el espejo.

Saint se refleja en el espejo al posar en el borde de la puerta con los brazos cruzados. Mirando a su pensativa pareja.

—Sabes... Creo que ya estoy listo.

—¿Listo para qué?

—Quitarme — Zee voltea con un suspiro desganado. —estas trenzas.

—O te pico una mosca o un ángel. No puedo adivinarlo.

Zee bufa una risa queriendo reírse más pero le queda sonreír bonito al narcotraficante. —¿Me ayudas?— Pregunta suavecito a lo último. A lo que el narco suspira sin eliminar su tranquila sonrisa de labios. Descruza sus brazos para desplomarlos a los lados de su cuerpo.

—Buscaré una silla.— Comunica antes de salir del baño con una tranquilidad y paciencia en su voz, admirables. Así de mucho había cambiado cuando hablaba con su novio. Su novio le hacía sentir cosas diferentes. Lo hacía explorar en sus emociones. Era algo diferente a sus otros prostitutos o acercamientos de una sola noche.

Al paso de unos minutos, llegó con una silla. La posicionó frente al espejo y sujeto con suavidad al otro de los hombros para sentarlo ahí. Le comenzó a deshacer las trenzas. Una por una. —Me vere diferente.

—De seguro te verás mejor.— Saint le dice.

—No te hagas. Las vas a extrañar.

—No creo que las extrañe mucho.

—Ya veremos.

El marco le sigue quitando las trenzas. Su cabello se siente suave bajo las yemas de sus dedos. Tan suave e esponjoso que le dan ganas de seguir sobando ese cabello. Sobarlo como un acosador. Pero permanece calmado para quitar esas trenzas horripilantes. O no se veían tan mal es solo que casi nadie en Tailandia está acostumbrado a los dreadlocks aunque en otros continentes asiáticos son una moda trending.

Una vez quita las trenzas, Saint mismo queda perplejo con el hermoso cabello de su novio. Este era corto hasta la nuca con largos flequillos. Aunque estaban risados por estar enrollados todo este tiempo pero se veía hermoso.

—Me preocupa que te quedes callado.— Dice Zee preocupado intentando mirar arriba solo con sus ojos y pareciendo un bebé.

—No, es solo que...— Las manos del marco se cierran en el suave cabello del otro. —es muy suave. Me gusta.

—¿En serio?

—Como no tienes idea.

El narco comienza a jugar frotando ese cabello de arriba a abajo a lo que Zee ríe. Sosteniendose a los fuertes brazos de su novio. —¡Oye, deja eso! Hay que lavarme el cabello.

—¡Me encanta tu pelo!

—¡Ahora pienso que nunca soltarás mi cabello!

—Puede~que~no.

—Saint, das miedo.— Sigue riendo el otro con aquellas manos escurridizas que se mueven bien rápido. Como si estuviese fregando algo. El narco ríe con su novio divirtiéndose.

















































Son las 3: 00 a.m. cuando Saint está despidiendo a su novio en la puerta. Zee parado bien derecho con una chaqueta crema puesta sobre su ropa ordinaria. Ahora su cabello suelto bien planchado por Saint. —Nos vemos mañana entonces.

𝐄𝐋𝐈𝐓𝐄 4 •MewGulf •SaintZee (+más parejas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora