¡Feliz cumpleaños Lan Zhan!Se sentía tan bien, tan correcto.
Había estado en lo cierto, los labios de Lan Zhan eran verdaderamente suaves.
Era hermosa la forma en que sus labios encajaban con los del otro, los movimientos realizados por los rostros de cada uno impulsaban a que se creara una escena aún más perfecta e imposible de replicar.
Era casi poético.
Todo se sentía tan bien y en orden, como si por primera vez su vida hubiera tenido algún propósito.
Sonaba hasta casi cómico, nunca pensó que momentáneamente todos sus problemas se resolverían con un simple beso. Y de alguien que hace no tanto pensó era su mejor amigo.
De la persona con la que quiere compartir su vida.
Colocó su mano en la mandíbula de Lan Zhan, buscando un nuevo ángulo para acentuar el beso. Sigue siendo muy casto, apenas colocando sus labios sobre los del otro. Tan dulce, pero al mismo tiempo tan esperanzador que siente cómo palpita sin descanso su corazón.
Lan Zhan era tan lindo... tan caballeroso, tan hermoso y lo mejor que le había pasado en la vida.
Lan Zhan... Lan Zhan...
Lan Zhan... no le había dado su consentimiento.
Oh. Por. Dios.
¡¿Acababa de besar a alguien por la fuerza?!
Apenas se dio cuenta de su gran error (porque por más que quisiera, si estaba haciendo algo sin el consentimiento de la otra persona, entonces era un horrible ser, palabras de su madre) se separó del beso, usando la misma mano que acababa de poner en la mandíbula del Lan para impulsarse y alejarse de esa suave piel de jade.
Solo se alejó los suficiente, todavía quedando muy cerca de su rostro, así que pudo observar lo rojos que estaban sus labios y el leve tono rosado de sus orejas. Lo veía con esos ojos dorados, intensamente, mientras su pecho subía con dificultad.
¿Cómo alguien tan perfecto no podía ser mío?
Ante la mirada desconcertada pero un poco dolida de Lan Zhan, hizo lo más que pudo para volver a hablar y disculparse. Su madre estaría decepcionada de él.
—Lo siento, Lan Zhan. Yo no quería... bueno, sí quería. Pero no te pregunté y eso fue muy grosero de mi parte y...
Gracias a todas las deidades que lo cuidan desde los cielos, Lan Zhan tomó su nuca y retomó lo que Wei Ying había detenido. La mano que colocó en el hombro del ojigris para estabilizarlo hizo que el beso fuera más profundo, no tan casto, pero tampoco tan atrevido. Pero ese nuevo ángulo permitía que movieran las cabezas con más libertad, y vaya que lo estaban aprovechando.
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No puedo vivir en un mundo donde no estés tú
RomanceA sus 2 años, el padre de Wei Ying por primer vez le dio una pelota de volley. A sus 8 años, Wei Ying conoció a un chico muy hermoso de ojos dorados. A sus 9 años, Wei Ying perdió a las personas más importantes para él. A sus 10 años, Wei Ying cono...