A sus 2 años, el padre de Wei Ying por primer vez le dio una pelota de volley.
A sus 8 años, Wei Ying conoció a un chico muy hermoso de ojos dorados.
A sus 9 años, Wei Ying perdió a las personas más importantes para él.
A sus 10 años, Wei Ying cono...
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Les tomó un buen tiempo pero encontraron un buen lugar, era un espacio relativamente vacío bajo un árbol, tuvieron el tiempo suficiente para instalarse antes de que empezara el espectáculo de luces.
Todo se sentía tan bien, el ambiente era perfecto y estaba tan cerca de Lan Zhan. Apenas se apoyaron sobre el tronco del árbol, Wei Ying aprovechó la cercanía para colocar su cabeza en el hombro de Lan Zhan, ya que se había sentido tentado. Pensó que su amigo lo movería después de unos cuantos minutos, pero para su sorpresa movió su cabeza y la dejó descansando sobre la de Wei Ying, acercándose aún más. Wei Wuxian sentía que se le cortaba la respiración, pero no se quejaba, estos últimos días había anhelado este tipo de cercanía con su amigo, y ahora que por fin la estaba teniendo, sentía que su vida por fin estaba en paz.
Se quedaron así por unos momentos, esperando que dieran inicio las luces en el castillo.
Todo iba tan bien, hasta que un pensamiento cruzó la mente de Wei Ying.
¿Será el momento adecuado para expresarle sus sentimientos?
Todo era perfecto, el lugar, la posición, la persona.
Sería muy romántico si se hacían pareja en el parque de diversiones al que tanto le gustaba asistir, sería un buen recuerdo que tendría con Lan Zhan.
Pero por supuesto, lo estaba pensando de más. ¿Y si Lan Zhan no sentía lo mismo? ¿Y si se hace así de cariñoso con todos sus amigos cercanos y en realidad no le gustaba?
¿Y si dejaban de ser amigos por su confesión?
¿Y si...?
No.
Recuerda las palabras de la profesora Kim, se decía a sí mismo.
Al menos tiene que intentarlo, no puede vivir sin Lan Wangji, simplemente no puede.
Tiene que intentarlo.
Juntó todo el valor posible y, aunque no lo quisiera, se despegó de donde estaba junto a Lan Zhan para mirarlo de frente.
Quería verlo a los ojos mientras se confesaba, ¿cómo reaccionaría? ¿Lo amaría igual?
—¿Wei Ying?
Lan Zhan se preocupó por el cambio de mirada en el rostro de su amigo. ¿Se sintió incómodo con la cercanía?
—Lan Zhan, ¿puedo decirte algo?—Los ojos de ambos brillaban por la noche vecina y Wei Ying simplemente quería sumergirse en esos ojos dorados, en esos labios carmesí, en ese cuello largo.
Lan Zhan era tan perfecto.
Lo amaba, lo amaba, lo amaba.
Se sentía repentinamente lleno de coraje solo con ver a ese ser tan místico frente a él.