Amaba esos shorts, practicar vóley desde pequeño había hecho que se le marcaran unos maravillosos muslos y un tonificado trasero.Palabras de su Shijie, no de él.
Pero diablos. Como diría su difunta madre, si lo tienes muéstralo. Eso siempre se lo decía a su padre cuando salía a hacer ejercicio con ropa holgada y su madre lo regresaba a que se pusiera algo más apretado.
Y su parte trasera con esos shorts se veía grrrr.
Quería dejar una buena impresión en su primer día. Claro que sí.
Lástima que no me vea Lan Zhan.
¿Qué?
Ah sí, a cualquiera le gustaría presumirle el cuerpo que se carga, no solo a Lan Zhan en específico.
Creo.
Apenas terminó de cambiarse y admirarse en los espejos del baño salió pues eran exactamente las 5 de la tarde, misma hora en la que iniciaba su entrenamiento y por nada del mundo quería llegar tarde o dejar una mala imagen.
Se preguntaba cómo serían los colocadores de esta escuela, tanto su secundaria como su preparatoria no tenía equipos formales y solo se juntaban niños que, o querían aprender sobre el deporte, o solamente querían saltarse educación física y entraban a un club cualquiera para lograr su objetivo. Esas personas la primera semana decían que tenían lastimado el tobillo y nunca más los volvía a ver, así que nunca contó con un buen colocador que pudiera darle pases que lo ayudaran a mejorar. Conseguía a personas que le levantaran la pelota, como Jiang Cheng y algunos compañeros que tuvo, pero obviamente tenían una lenta velocidad y no era nada difícil para él rematar sobre la red.
Sus partidos no eran nada oficiales, otras escuelas que igual no tenían nada serio iban a su campo y literalmente solo se pasaban el balón, en la mayoría de las ocasiones una jugada ni siquiera pasaba del saque pues los jugadores no tenían fuerza suficiente como para pasarla al otro lado de la red. Luego le tocaba sacar a Wei Ying y él, al esmerarse, no medía su fuerza y terminaba anotando como 10 puntos seguidos de puro saques, se tuvo que enseñar con videos de Youtube a cómo hacer el saque flotante y, su favorito en específico, el saque con salto, pues es donde combinaba las mejores cualidades que tenía, la desmedida fuerza que le proporcionaba al balón y sus saltos que definitivamente no eran normales para un adolescente que nunca tomó entrenamientos formales y profesionales y se auto enseñaba con videos de jugadores canadienses o rusos.
Tenía que admitir que eran muy buenos maestros, no le llevaba demasiado tiempo perfeccionar la técnica y, cuando al menos tenía el control del balón, buscaba cualquier otro tutorial donde le enseñaban a recibir, leer los movimientos de tus contrincantes y hasta técnicas de líberos.
Él no era un líbero ni mucho menos un colocador, pero un hombre precavido vale por dos.
No hace falta decir que por obvias razones su equipo ganaba los partidos (con Wei Ying anotando la mitad o hasta más de los puntos) pero él no se sentía realizado ya que no los miraba como retos ni mucho menos aprendizaje.
Aunque estuvo en esos equipos en su juventud, nunca formó parte de un equipo de voleibol que realmente le interesara el deporte, así que por primera vez jugaría en equipo en su nueva universidad.
¿Qué si estaba emocionado? Demonios, realmente lo estaba. Por fin jugaría con un equipo de verdad.
No pudo evitar su sonrisa cuando llegó al centro del gimnasio, donde ya estaban ubicados los demás jugadores. Su mirada se desvió a los que asumiría eran alumnos de grados mayores que ya formaban parte del equipo universitario desde al menos el semestre pasado. Eso lo pudo deducir pues ellos ya vestían el uniforme del equipo y se trataban con tanta familiaridad.
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No puedo vivir en un mundo donde no estés tú
RomantiekA sus 2 años, el padre de Wei Ying por primer vez le dio una pelota de volley. A sus 8 años, Wei Ying conoció a un chico muy hermoso de ojos dorados. A sus 9 años, Wei Ying perdió a las personas más importantes para él. A sus 10 años, Wei Ying cono...