Después de la acalorada discusión, tanto Flora como Rosalie estaban decididas a no volver a dirigirse la palabra para nada. Flora había tomado la firme determinación de ir a hablar con Arthur, así que esperó a que fuera de noche y fue a buscarlo. Él se sorprendió mucho al verla llegar, y en ese momento, ni siquiera recordó su nombre, por lo que terminó llamándola por el primero que le llegó a la mente.
-Florencia -le dijo, y a continuación, le sonrió amablemente.
Ella hizo lo que pudo por no dejar notar su decepción y su dolor. Siempre había sabido que le era indiferente, pero no tanto como para no poder recordar siquiera su nombre.
-Flora -lo corrigió.
Él pareció más que avergonzado.
-Discúlpame, no soy muy bueno recordando nombres. Pasa, por favor.
Ella entró, y luego se sentaron en la sala, uno frente al otro.
-Vine porque tengo que decirte algo importante. Se trata de Rosalie.
La expresión de Arthur cambió a una de repentino interés. Aún guardaba la esperanza de que Rosalie regresara con él, y en esos momentos no pudo evitar pensar en que tal vez había enviado a Flora para que hablara por ella.
-Te escucho -le dijo, esperando a confirmar sus sospechas.
Flora respiró profundo y lo miró a los ojos, preguntándose cuál sería la mejor manera de decirle eso.
-Rosalie te ha estado engañando todo este tiempo. Se ha estado acostando con el señor tenebroso.
Él pareció sorprendido, pero no le creía ni una sola palabra y ella lo supo de inmediato.
-Eso no puede ser cierto -dijo, mientras movía la cabeza negativamente-. Rosalie jamás haría algo así ni se involucraría con alguien como él.
Pero Flora no se rendiría hasta que Arthur no le creyera.
-Todos estábamos muy equivocados con respecto a mi hermana. Rosalie no es quien parece ser.
-Ella no sería capaz de hacer eso de lo que la acusas. La conozco bien y sé que no haría semejantes cosas.
-Si no estuviera cien por ciento segura de esto, te juro que no habría venido a decírtelo. Yo los vi con mis propios ojos.
-Perdón, pero se me hace imposible creerlo. Para hacer una afirmación tal, tendrías que tener alguna prueba, porque con tu palabra no es suficiente.
Comenzaba a desesperarle la obstinación de Arthur, que se empeñaba en creer que Rosalie era quien él creía que era. Ella le había dicho que no había nadie más, y él creía en su palabra. Todavía la amaba, y por más sincera que pareciera Flora, eso le impedía creerle. Ella comprendió que no podría convencerlo fácilmente, pero estaba decidida a todo, incluso a confesarle sus sentimientos.
-Escucha, Arthur... te estoy diciendo esto porque no es justo que Rosalie engañe a alguien tan especial y maravilloso. Ella no te ama, no como lo hago yo. Te he amado en silencio por años, aún sabiendo que nunca te fijarías en mí. Ella te ha tenido a su lado y nunca te ha valorado. Eso no es justo. No te merece y jamás lo hará.
Aquellas palabras le sorprendieron demasiado, pero de una manera muy poco grata. Para él, Flora era como un niña, nunca le había prestado mucha atención, y en esos momentos no le importaba rechazarla de mala manera.
-Venir a hablar mal de tu hermana conmigo no era la mejor forma de confesarme tus sentimientos. Sabes de sobra que no te correspondo, así que mejor te hubieras ahorrado todo esto -se puso en pie, caminó hacia la puerta y la abrió-. Es mejor que te vayas.
Ella no le dijo nada más, porque comprendió que no tenía caso. Se levantó con los ojos llenos de lágrimas y sintiendo un dolor horrible en el pecho, y salió para regresar a su casa.
«Tengo que conseguir pruebas de lo que Rosalie está haciendo -pensó».
Cuando llegó, no vio a Rosalie y pensó que no estaba.
-Seguramente anda otra vez como una cualquiera, con ese criminal -dijo en voz alta.
-Si así fuera, ¿a ti qué te importa? -le respondió Rosalie desde el segundo piso.
Flora no le dijo nada más, subió las escaleras y se encontró con Rosalie en el segundo piso. Iba de salida, pero esa vez no le dijo nada y entró a su habitación en silencio.
A Rosalie ya no le importaba parecer demasiado empalagosa con Tom, tan pronto lo vio, lo envolvió en un fuerte abrazo.
-¿Qué sucedió con tu hermana? -preguntó él, ansioso por saberlo.
Ella se apartó unos pocos centímetros y puso una expresión de impaciencia.
-Como era de esperarse, hizo un escándalo -respondió-, y me dijo varias veces que me estoy comportando como una cualquiera y demás cosas que no voy a repetir.
Al oír eso, Tom se molestó demasiado. No quería que nadie tratara a Rosalie de esa manera, y menos su propia hermana. Sin embargo, Rosalie no parecía ni molesta ni ofendida porque lo que pensara Flora le importaba poco y nada. Como no quería hablar sobre los pormenores de su conversación con su hermana, Rosalie se acercó para besar a Tom, y casi en seguida, los dos se olvidaron de todo.
«Sin importar lo que pueda pasarme, no voy a alejarme de él -pensó ella».
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𝓥𝓮𝓷𝓮𝓷𝓸 || 𝓣𝓸𝓶 𝓡𝓲𝓭𝓭𝓵𝓮
Fiksi Penggemar«No existe sobre la tierra un veneno más letal que el amor». Rosalie Prewett es una de los mejores aurores que tiene el ministerio de magia. Ha luchado incansablemente contra los mortífagos, hasta que un día la capturan para llevarla con Tom Riddle...