Día 4: Cita

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Una adoración pura y total...

Era todo lo que sentía cuando las manos tan delicadas pertenecientes a su dulce y amorosa pareja lo abrazaban. Desde hace tiempo, especialmente en medio de las salidas que tenían, como solo el rol de novios proporcionaba.

En varias ocasiones de la semana ocurrían esas salidas, que normalmente aunque fueran ocupado el tiempo en su mayoría por el trabajo de medio tiempo en la cafetería, que tenía su novia. Podían darse el lujo de verse, con un montón de ansias por la larga espera.

Honestamente nada le hacía más feliz, que el de recibir los dulces besos de la dueña de sus sentimientos, cómo cuando su niña, se lanzaba a sus brazos luego de una agotadora jornada laboral. Como cuando ella mandaba todo a la mierda, por una apasionada noche de sexo, que era prácticamente su pan de cada día.

Una pequeña sonrisa traviesa se le formó en los labios, inconcientemente recordando aquellos momentos tan eróticos entre ambos y más cuando su larga lengua estaba implicada de por medio en el acto carnal.

Así que quería darle a su adorada chica algo especial por lo cerca que estaba cierta fecha importante para ambos. Como lo era el primer aniversario anual que celebraban de estar juntos.

Así que usando algo de su dinero, decidió hacer un muy especial regalo para ella. Como de los que sólo el sabía hacer.

Se preparó para la noche mágica que tendrían ese mismo día.

¤

A duras penas llegó, totalmente agotada aún más de lo usual al departamento que compartía con su querido novio. Quien suponía debía estar con algunos temas de trabajo en el estudio que tenían. Así que sólo lanzó su chaqueta al sofá de la sala, junto a sus zapatos para relajar lo más posible su adolorido cuerpo.

Pero debía reconocer que en verdad sólo quería acurrucarse con su amorcito y no levantarse en todo el día de mañana. Gracias al cielo era viernes y podría descansar como se debe mañana al ser sábado.

Aunque quizás no sería asi, considerando lo terrible y explotador que era el jefe de mierda que tenía en esa cafetería.

Soltó un leve suspiro, para luego gritar el nombre de Peter, llamándolo pata avisarle que ya había llegado y que descansaria por un rato en el sofá.

En esos momentos adoraba más que nunca que su novio fuera alguien que le gustaba encargarse de los trabajos de limpieza hogareños, cuando ella estaba en medio de su horario de trabajo. Y todo lo hacía por gusto y eso si que era una virtud que apreciaba mucho de Peter.

Y aunque quisiera ayudarle en los días de la semana, le era imposible por lo duro que era ese maldito café.

En realidad sería más exacto decir que lo molesto era su jefe, quien no le dejaba ni respirar. Pero el salario era muy bueno, así que podría soportarlo sólo por un tiempo más.

No le gustaba que fuera sólo Peter, quién se encargará de los gastos de su hogar. Ella también quería contribuir con su reciente hogar formado.

Por mucho que la mayoría de personas dijeran que; vivir sin casarse, con un novio de apenas salían un par de meses al inició cuando se mudaron. Era malo, nunca fue algo que fuera muy relevante para ella.

Mientras Peter y ella estuvieran cómodos con lo que tenían, lo demás sobraba.

Con sus últimas fuerzas se acostó como pudo hasta llegar al sofá, en dónde prácticamente se arrojó sobre su mullida superficie. Muy cansada para ir hasta su cama, se relajó como si nunca antes lo hubiera sentido. Espero escuchar las típicas pisadas de su dulce chico para calentarle la cena para ella y dárselo en el sofá donde estaba actualmente. 

Provocativas Sensaciones[Peter x Y/N] #PeterpostingChallengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora