Capítulo 5

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Todo dentro de mi estaba trabajando tan rápido por encontrar una solución a todo esto. Por primera vez me sentí apenada por el comportamiento natural de mi cuerpo. Además de eso todos aquí estaban de acuerdo en que debo tener sexo con un hombre lobo que posiblemente me maté en el acto, pero para ser sincera el hombre lobo que tenia enfrente no me era tan indiferente como pensé.

Y aun siendo tan guapo y varonil le temía un poco menos que ayer, pero seguía sintiendo miedo de él y de todo lo que quería decirme.

Hinata me explico los riesgos que conlleva mi estado, pero no quiero apresurarme y arrojarme a los brazos de cualquier hombre, no entregare mi cuerpo solo para que los aldeanos estén en paz.

—No quiero tener sexo contigo—hable mirándolo directamente a esos ojos negros. Intimida cuando frunce el ceño como ahora—eres aterrador—exprese.

Él agacho la cabeza y suspiro silenciosamente.

Detesto como me siento por que al verlo de esa manera mi corazón sintió tristeza y cierta pena, pero además el deseo de abrazarlo y acurrucarlo en mi pecho. Tal vez lo este mirando como un perro callejero, pero esa es la manera en la que quería actuar, un sentir que reprimí.

—¿Entiendes que tu vida esta en peligro? —pase saliva. Quería creer que peligraba, pero no podía, era imposible que mi vida dependiera de tener sexo con un hombre lobo.

—Puedo regresar a la ciudad si mi presencia les incomoda a tus aldeanos.

—Eres una humana tan difícil, terca, obstinada y...—dio un paso y se detuvo—. Es tan difícil estar cerca de ti—se que se refería a mi olor.

—Solo déjame ir y no tendrás que soportarme—comenzaba a molestarme. ¿Cuál es el afán de retenerme? No soy lo que él imagina y mucho menos espera.

—No vas a irte—endureció las facciones de su rostro—. Te quedaras en este pueblo hasta que tu celo pase. Cuidaremos de ti. Mientras tanto te quedaras encerrada en tu habitación hasta que yo te indique que ya puedes salir.

Tantas palabras y mi mente solo me encapsulo en la palabra secuestro.

—No puedes obligarme.

—Claro que si—su actitud pasiva se fue— te voy a obligar a quedarte hasta que yo ordene lo contrario, te encerraras en esas cuatro paredes. Es una orden, Sakura.

Me quede pasmada y con las piernas al borde del colapso cuando sus ojos pasaron de ser negros a rojos, sus colmillos caninos aparecieron y su rostro comenzó a cambiar ligeramente.

Yo sé perfectamente lo que me conviene, por eso me quede en silencio mirándolo a los ojos, con el miedo instalado en todo mi cuerpo, pero creyendo en que no me iba a lastimar.

—Obedece—su voz enronqueció más.

Escanee su cuerpo de arriba abajo para convencerme de no decir una estupidez y aceptar que me tenia atrapada. Su enorme cuerpo me mataría enseguida. Aunque mis ojos y todo de mi paso del miedo a la sorpresa cuando mire en medio de sus piernas y su erección enorme se marcaba en la tela del pantalón. Mi mente trajo las imágenes de él tocándose y sobre todo de lo enorme que era y de lo excitada que me sentí al escucharlo decir mi nombre mientras eyaculaba.

Mire hacia otra dirección con el corazón desbocado, con el estomago endurecido y con mi intimidad al borde de la excitación. Nunca en mi vida me había sentido de esta manera. Pasar del miedo al deseo eran sentimientos que jamás se mezclaron en mi hasta ahora.

Recordé las palabras de Hinata y supe que era hora de salir corriendo a mi recamara y darme un baño rápidamente.

Camine a prisa y pase por su lado sin decir nada más, sin mirarlo a los ojos. Pise el primer escalón, pero algo sumamente fuerte me sacudió hasta el punto de pegar mi cuerpo contra la pared. Grité en el acto y lo tuve a él frente a mi cara con los ojos en llamas y mirándome tan enojado. Su respiración se volvió tan fuerte y tosca.

Luna rosa [Sasusaku] [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora