Capítulo 7

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El shock que me género ver sus fluidos esparcidos por el piso me hizo correr a mi habitación segundos después del acto. Llegue al baño temblando, pero al mismo tiempo sintiendo el cansancio en mi cuerpo, sin estrés y tan relajada.

Me di un baño rápido, enjaboné todo mi cuerpo y talle rápido como si sus huellas quemaran mi piel. Tal vez exageraba en el acto, pero mi corazón no para de palpitar tan rápido y sobre todo sentía como mi intimidad se contraía recordando sus voraces lamidas y su intensa mirada seductora. El fuerte agarre que ejerció en mis piernas me encanto, y sobre todo como tomó mis pechos en su boca.

Él no era indiferente para mí. Y aun así el miedo persiste.

¿Por qué él arde como el infierno mismo? Cuando se excita pierde toda la ternura que puede poseer en su persona. Se trasforma es un hombre caliente, posesivo e intenso.

¿Ahora como hago para sacarlo de mi cabeza? ¿Cómo olvido sus caricias y el orgasmo que provocó?

Después de un rato salí del baño sintiendo el cuerpo caliente. Al pasar frente al espejo noté como mis ojos destellaban tanto, mis labios enrojecidos al igual que mis mejillas, es como si algo caliente recorriera mi cuerpo internamente.

Pensé en él y lo que pudiera estar haciendo en este momento. Me vestí con prisa sintiéndome mal por solo salir corriendo y en cómo me sentiría yo si algo así me hiciera él. Sali de la habitación y me detuve frente a su puerta, sabía de antemano que él me notaria desde antes de llegada.

Tome el pomo y gire abriendo la puerta, lentamente la vista se fue despejando mirando su cama en primera instancia. Él no estaba ahí.

Cerré los ojos visualizando su caliente cuerpo en el baño, recordé como tomaba su miembro en su mano y se daba placer a sí mismo en mi nombre. Eso hizo arder mi cara aún más y mi intimidad palpitó, aprete la piernas ante la sensación extraña que sentía.

¿A quién quería engañar? Sasuke me gusta y lo deseo.

Estuve a punto de merodear en el baño como aquella vez, pero unas pisadas detrás de mí me hicieron girar asustada. Era él. Tan limpio y recién bañado como yo, la única diferencia es que él solo lo cubría una toalla alrededor de su cintura. Su cabello azabache caía rebelde por su frente, sus ojos negros siempre sin demostrar más de lo que siente y su rostro tan sereno que es imposible de leer. Su torso era el de un dios, sus musculosos brazo era grandes, su pecho fornido y un espectacular abdomen. En su mano derecha un vaso de agua.

—¿Estas bien?—preguntó con la voz tan ronca que posee.

—¿Me hiciste algo?—dije ante la extrañeza de mi cuerpo caliente.

—No más de lo que sentiste. ¿Te sientes diferente?—se acercó un par de pasos, pero se detuvo lo suficientemente lejos de mí.

—Me siento diferente... muy...caliente—admití con vergüenza.

¿Qué estaba haciendo aquí? Me cuestione en cuanto dejé que mi mente tomara el lugar que le corresponde. ¿Para qué lo busco a él? ¿quiero que me tome como mujer? No olvido que es muy grande y aunque el miedo a él era igual hace tan solo 15 minutos, ahora ese miedo no parece estar presente.

—Olvídalo—camine apresurada hacia la puerta. Mi intención era escapar de él. Ahora que entendía cuanto me gustaba y que lo deseaba tanto o más que el a mí, quise huir. Mi cobardía era tan evidente.

Estaba excitada y él lo notó.

Sin esperarlo su pesado cuerpo acorralo al mío contra la puerta. Su aliento resoplaba en mi nuca y sus manos me encerraron posándose a los lados de mi cuerpo. Mire hacia atrás, prestando atención a sus pies y en ese instante la toalla cayó al suelo. Ahora estaba desnudo.

Luna rosa [Sasusaku] [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora