Luna rosa [Sasusaku] [√]

Capítulo 13

Cuando la cordura regresa a mis sentido me siento sumamente avergonzada de mis actos. No digo que no lo haya disfrutado, solo me avergüenzo de mi actuar y como mi cuerpo ardía por ser consumida por él.

Cumplido con su trabajo muy bien y me siento satisfecha por tal atención especializada.

Estoy despierta porque la luz del sol pego de lleno en mi cara, prácticamente como un reclamo por mi pereza. Debo decir que soy muy consciente de cuantos días han pasado en total, pero si recuerdo que le pedí a Jiraiya un medio de trasporte para regresar a casa. Miro a mi alrededor buscando mi móvil y rogando que haya señal, pero cuando lo encuentro este está sin baterías.

Me acerco al tocador buscando el cable y así poder restablecer la batería del móvil, pero tampoco hay señal de ello. La atención se desvía hacia mi reflejo hecho trisas. Mi cabello un caos, me dolerá pasar el cepillo entre sus hembras. Mi ojos brillan mucho y me atemoriza, pero toda la atención de nuevo recae en otro punto haciéndome entra en pánico.

Las marcas de Sasuke al morderme estaban vivas sobre mi piel. Al decir vivas me refiero a que no podre ocultarlas de las personas. Todo estaba perfectamente cicatrizado, pero la marca está ahí. ¿Cómo iba a justiciar la poderosa mordedura de Sasuke sobre mi piel? Con los dedos temblorosos toqué, pero no se sintió dolor y la cicatrización se hizo de manera correcta. No hubo infección.

Entonces, ¿Cuántos días pasaron?

No me iba a quedar aquí solo pensando y suponiendo cosas. Me metí rápidamente a la ducha y cuando terminé salí de la habitación un vestido rosa pálido y con la cabellera al aire para ocultar la marca en mi cuello.

Cuando comencé a bajar las escaleras mi corazón se aceleró al saber que Sasuke estaría ahí. La última vez que lo vi me hizo suya de nuevo y me perdí entre el sueño y el cansancio. Recuerdo haberle dicho que me gustaba, y el admitió lo mismo.

Me quedó unos escalones arriba antes de poder pisar el suelo y mirarnos otra vez, pero recuerdo que el percibe los latidos de mi corazón y supongo que ya notó cuan nerviosa me siento por verlo.

Si esto me lo hubiera predicho en los corredores del hospital, jamás lo hubiera creído. Resulta ser que yo era la más tímida entre las enfermeras. Si llego ante ellas a contar semejante historia se burlarían de mi hasta morir de risa.

Cuando por fin dejo las escaleras atrás, veo a Sasuke muy metido en sus asuntos rebanando tomate para su sándwich. Posiblemente finja no estar al tanto de mi presencia.

—Buenos...—me quedé en silencio y avergonzada por no saber y son tardes o días.

—Días—siguió por mí. Se movió lento hasta que en la mesa dejo un plato con el sándwich previo. Luego de eso se acercó a mi—. ¿Te sientes mejor?

—Si, mucho—sonreí. Él también lo hizo y me abrazó contra su pecho. Su aroma había cambiado, no era esa fragancia que me gustaba al principio. Ahora su olor natural me dejaba sin aliento. Cerré los ojos para disfrutar de él, pero eso solo empeoró las cosas. Podía recordar sus manos recorriendo mi piel como un recuerdo mucho más vivo del que debería. Mi piel podía percibir su tacto caliente posarse entre mis piernas. En definitiva, algo había cambiado en mí.

Con las manos sobre su pecho lo alejé lentamente para sacar esa droga de mi nariz. De pronto comenzó hacer calor, mis mejillas ardían y mi boca se secó.

Me sorprendo al mirarlo a los ojos y notar esa mirada roja, observándome como una presa muy fácil. Así mismo me consideraba ahora, una presa muy fácil para él.

—Tu olor provoca a mi bestia—dice tranquilo. Exhale como una liberación.

—Por lo menos no soy la única que lo siente—me moví para tratar de despejar mi cabeza. Me acerqué a la cocina, tomé un vaso y me serví agua y luego la dejé sobre la pequeña isla donde Sasuke preparaba el sándwich de hace un momento.