Capítulo 9

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Despertar fu fácil, lo difícil de todo esto será lograr ponerme de pie. Todo dolió, fue tan incomodo que no pude evitar soltar quejidos por el dolor.

Respiré hondo y logré sentarme al borde de la cama.

Como este lugar es un pueblo muy alejado del todo el mundo, además de que las personas de aquí no necesitan medicamentos, no tenían entre sus reservas algo que mitigara el dolor de mi cuerpo, así que tengo que sopesar mi dolor sin ayuda de nada más.

Sasuke entra a la habitación con debida precaución, tal vez esperando que este dormida. Sus pasos se hacen lentos y cuidadosos, pero al notarme en la cama su cuerpo se tensa. Tal parece que su visión nocturna no es muy buena.

—¿Necesitas algo?—dejé de mirarlo y solo negué.

—Yo no te llamé.

—Lo sé, pero toda la noche te has quejado y no dejo de sentirme tan miserable por todo. Yo no quise lastimarte—no sé porque su voz sonaba desesperado y dolido.

No tiene que fingir nada ante mí, ya quedo claro lo que pretendió desde el principio y su falsa voz rota no me hará pensar lo contrario.

En una pequeña mesa de noche que estaba a lado de la cama, mi móvil resaltaba gracias a la luz de la luna que entraba directamente a él. Lo tomé en mis manos y mi corazón palpito rápido cuando vi que tenía señal. La batería se conservó todos estos días por no usarlo para nada. Presioné la pantalla encontré rápido un mensaje del señor Jiraiya.

No lo leí, solo marqué su número y comenzó a timbrar. Puse el móvil directamente en mi oído.

Hola—su voz adormilada me emociono.

Señor Jiraiya.

Sakura ¿eres tú? ¿Cómo estás?

En cama y con moretones—dije nada más que la verdad—. Su lobuno amigo, me agredió.

—¿Qué? Imposible Sasuke no haría eso.

No importa eso ya, quiero regresar a la ciudad. Por favor envíe a alguien. Usted me metió en esto y usted debe ayudarme. Aquí ya no me necesitan—eso dolió, lo reconozco.

Hubo silencio del otro lado de la línea y también de mi parte. ¿Por qué? No lo sé.

Bien, en cuatro días llegaran por ti.

Gracias.

Y, lo lamento Sakura, no creí que las cosas terminaran así de mal.

—¿De verdad? No le creo. Envió a una humana en medio de hombres lobos. Algo en usted no funciona correctamente —lo escuche reír.

Estoy en mis cabales, te lo aseguro.

De la nada la llamada se cortó, al mirar mi móvil vi que la señal se había perdido de nuevo. Deje el móvil de nuevo en esa mesa y el silencio regreso a la habitación.

Estaba hecho, regresaría a la ciudad en cuatro días. Retomaría mi vida lo más normal posible y me olvidaría de todos los aldeanos y en especial de él.

Pero... pensar en esa posibilidad me hizo sentir incomoda, apareció una opresión en mi pecho y desesperada miré hacia atrás donde él se encontraba y de inmediato el alivio regreso a mi cuerpo. Es como si no pudiera estar lejos de él, que incluso imaginarlo duele.

—Yo también lo siento—su mano señalo su pecho—. Pero no voy a retenerte por la fuerza. Ya te hice mucho daño.

Sentí como las lágrimas se fueron acumulando en mis ojos, dejé de mirarlo y bajé la cabeza en un intento absurdo por no llorar. ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué quería llorar? ¿por su rechazo? ¿por su cobardía? Tal vez esperé que dijera algo más, tal vez quería que dijera cosas lindas, pero entendí que eso jamás iba a pasar. Él es un ser sin sentimientos, que lo único que quería desde que llegué aquí era meterse entre mis piernas. Al final de cuentas es hombre y consiguió lo que quería de mí.

Luna rosa [Sasusaku] [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora