Mi Papá Tiene Novio [Todobaku] CANCELADA

Cap 15

Bakugo

—¿A dónde vamos esta vez?—dije mirando inquieto por la ventanilla hacia la calle. Hace siglos que no pasaba por ahí, tantos que ni siquiera recordaba a donde llevaba ese camino.

—Ya lo verás—fue su respuesta

Me encanta. Adoro que siempre tenga una sorpresa para dar y la mantenga con ese inexpresivo y muy sexy rostro.

—¿Siempre tienes que ser tan jodidamente misterioso?

—Tal vez—de nuevo mostrando esa faceta de él tan atractiva.

En el momento en el que el motor se detuvo volví a mirar por la ventana. Mis ojos se abrieron tanto que podrían salirse de sus cuencas y mis mejillas se encendieron tanto que sentía que explotarían en cualquier momento.

—Shoto... ¿p-por qué vinimos a este lugar?—pregunte aún sorprendido

—Quería volver aquí... contigo

—Una escuela no parece el lugar que  comunmente se visita en un cita—agregué burlón.

Él soltó una risita y volteó a ver la enorme construcción que yacía a sus espaldas.

—No es sólo una escuela, Katsuki. Es el lugar donde te conocí—y regresó su mirada heterocromática hacia mi.

—B-bastardo, eres un puto cursi

—¿Lo soy?

—Lo eres—dije escondiendo mi cara sonrojada entre mi chamarra.

—Supongo que a veces me haces ser cursi y saber que te pude recuperar me hace serlo más

—Y-yo... ¡Bueno! ¡Ya estamos aquí! —y caminé   hacia el muro que nos evitaba la entrada a U.A.

—¿En que estás pensando?—preguntó confundido

—Entremos—y sonreí volteando de nuevo hacia él

—¿No se te ha quitado lo travieso?—devolvió la sonrisa

—Aún tengo el toque

Me alejé un poco y tomé impulso. Corrí con fuerza hacia la pared y salté apoyandome de ella. En pocos segundos ya estaba del otro lado.

—Uff—suspiré—. Parece que sigo teniendo dieciseis. ¿Qué haces? ¿Ya estás muy anciano para esto?

—¿De que hablas? Yo también hice esto varias veces y te aseguro que aún puedo—lo escuché responder del otro lado.

Me hubiera gustado ver eso. Shoto rebelde era algo que definitivamente tenía dentro de mi lista de cosas que quiero ver antes de morir.

—Demuestralo, viejito.

Y como si le hubiera dado cuerda saltó en menos de dos segundos y me miró arrogantemente.

—No seas presumido

—Mira quien habla—rió

—Si, si, como sea—dije cambiando el tema—. Parece que han bajado un poco la vigilancia. No parece haber muchos gaurdias si es que no nos han visto

—Tienes razón. Pero eso debería favorecernos. Ven—me tomó la mano y me llevó por detrás de la escuela hacia quien sabe donde, pero no opuse resistencia.

—Oh—fue lo que salió de mi boca al ver en donde estabamos.

El árbol en el que él acostrumbraba ir durante los descansos seguía ahí, intacto, como si no hubieran pasado años y todas las tormentas se la pelaran. Seguía hermoso.