Yugitober (Yugi x all)

6. Magia

Pareja: Rivalshipping (Seto x Yugi)

Seto odiaba la magia.

Odiaba la magia hasta la médula y no había nada que pudiera cambiarlo, así de fácil y sencillo.

¿Razones?

Primero que nada, el faraón egipcio que le había dejado en coma por un año, si, sabía que se lo merecía pero, vamos, ¿un coma para que armara su corazón de forma literal?, por favor, eso le daría pesadillas a cualquiera.

Luego estaba que, gracias a esa bendita magia, su hermano había sido capturado en una carta por un tipo que se quería hacer de su compañía (también lo atraparon en una carta, pero eso era lo de menos).

Le siguió por supuesto, el loco que quería ser faraón y su hermana "yo sé cuál es tu destino, Seto Kaiba", ¡ja!, siquiera el sabía si viviría mañana y ella se creía la que veía hasta cuántas veces iría al baño esa semana.

Y ahora, la cereza del pastel, esa bendita magia de una civilización que ya debería estar bien muerta, ahora venía, no solo a quitarle al Rey de los duelos su puesto a causa de un rubio con testosterona de más.

¡No!, esa bendita magia del demonio también se atrevió a quitarle el alma a Yugi.

¡A Yugi por el amor a Newton!

¿A quién demonios se le pasaba por la cabeza llevarse el alma de Yugi?

¿Qué nadie oía los berridos de animal que hacía el estúpido faraón desde que se lo llevaron?

Llevaba todo el camino hacia Dartz oyendo al faraón llorar por Yugi y pidiéndole perdón por su soberbia (al menos en eso estaban de acuerdo), hasta dormido se ponía a llorar abrazando una almohada mientras decía cuan arrepentido estaba y que debieron llevárselo a él.

¡Y estaba completamente de acuerdo con él!

Podían quedarse su compañía si querían, también podrían patear a su guardaespaldas en el trasero si les parecía tentador, ¡hasta les daba con gusto el alma del faraón y su título si así lo deseaban!

Pero nadie, absolutamente nadie, se llevaba el alma de Yugi así sin más, esa alma debía ser intocable hasta por los mismos dioses que tanto le habían jodido desde que estudiaba con Yugi y su grupo de idiotas.

Debía estar estipulado por las leyes de Japón que nadie podría quitarle el alma a Yugi.

Diez, no, cadena perpetua para las personas que se llevarán el alma del tricolor, sin importar cuán mágicos fueran, ¿qué acaso no veían las consecuencias catastróficas que traía eso consigo?, gracias a ellos no tenía su dosis semanal de molestar al más bajo que le hacía feliz toda la semana, ¡estaba irritable desde que se lo llevaron!

A veces creía que lo mejor es que también se lo hubieran llevado a él, hubiera sido excelente dejar que ese tal Alister, o como fuera que se llamará, se llevará su alma, al menos así podría saber el paradero del menor.

O al menos eso pensó hasta que vio como todos los amigos de Yugi se le pegaron como chicles cuando regresaron su alma del tricolor.

No, mejor se hubieran llevado a esos tontos que no dejaban de pegarse como lastres a Yugi.

Maldita magia, ¿por qué no te vas ahora mismo y te llevas de paso a esos idiotas y al faraón de paso?, siquiera puede darle una palmada en la espalda a Yugi poe su presencia.

– Yo también te extrañe – Le oyó decir cuando le reclamó por haber dejado que ese rubio musculoso se llevará su alma sin dar mucha pelea.

Si, había extrañado a Yugi, pero no lo diría abiertamente, no quería que esté se pusiera de egocéntrico, se veía más bonito pensando que era indiferente a sus acciones.

Y lo hubiera besado sino fuera porque tenían al faraón, alias "la sanguijuela que siempre arruinaba las reuniones que tenía con Yugi", bien atento a sus acciones.

En efecto, odia la magia y los espíritus diabólicos, que no le dejaban abrazar al menor sin que se pusieran como locos alegando que estaba planeando hacerle algo, que traía consigo.

Me doy cuenta que me resulta sencillo escribir relatos del Yugitober al ser cortos y fluff...jaja, nadie se cree eso, ya también parece angstober con tantas veces que mate a Yugi o lo hice sufrir 🤣🤣

Se me cuidan corazones, los veo luego... bueno, los leo luego ❤️