29. Abrazo

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~•~

Yugi sabía perfectamente que su padre no lo quería, siempre había dicho que su nacimiento fue el peor error en la vida de su madre pues fue culpa suya que su problema del corazón se agravará.

Obviamente para un niño de seis años era doloroso oír a su padre decirle aquello mientras su madre iba al médico a verificar que su embarazo estuviera estable y su hermanita estuviera sana; Heba, su hermano mayor, decidió desafiar a su padre por primera vez y llamo al abuelo Solomón y le contó la situación en su hogar, el abuelo hablo con su madre Ashita para poder cuidarlos a ambos mientras ella iba al médico con su marido (evitando contarle a su pobre hija del comportamiento de su marido y que pudiera complicarse su embarazo).

Pero claro, nunca se salvaba de los gritos y palabras hirientes de su padre cuando se equivocaba en algo y, cuando no había nadie presente, le llegaba a golpear; cuando era sólo un niño pequeño, jamás recriminó su comportamiento, pensando que estaba bien que le castigará, porque el había sido un niño malo, por su culpa su mamá y su hermanita podían morir.

El destino no fue benevolente cuando, el treinta y uno de diciembre por la madrugada, su madre entro en labor de parto y el pequeño Yugi de siete años debió llamar a su abuelo para que cuidara de él y de su hermano Heba a quien le había dado fiebre horas atrás; Solomón le había contado historias de sus exploraciones por Egipto mientras Heba dormía plácidamente y Yugi deseo poder ser valiente como su abuelo.

Sus padres no volvieron en toda la noche y, hasta el siete de enero a las ocho de la noche, Nosaka Mitsubishi llegó a la casa cuando estaban comiendo helado en celebración de que su hermano Heba había sacado diez en su examen de química, con un par de boletos en mano.

– ¿Viene por los niños finalmente, Mitsubishi? – Cuestionó su abuelo cruzado de brazos, el hombre de cincuenta y cinco años seguía siendo igual de fuerte que en sus veintes, a pesar de que su cabello tricolor era mayormente blanco – ¿Cómo está mi hija y mi nieta?, ¿por qué no contestaron el teléfono ni dieron aviso de nada?, han desaparecido por más de una semana y los niños han preguntado por ustedes.

– El embarazo se complicó, Ashita estuvo hospitalizada todo este tiempo...hoy falleció.

N-no, no, no.

Heba abrazo a su hermano menor, ambos lloraban en silencio sin ser vistos por su padre; su madre, su adorada madre y su hermanita habían fallecido.

– Entonces, ¿vas a llevarte a mis nietos?

– Me llevaré a Heba conmigo a Taiwan con mis padres.

– ¿Y Yugi?

– Creo que un orfanato iría bien con él.

Decir que su abuelo había estado tranquilo con la situación era mentira, estaba rabioso.

Hubo gritos, reclamos y demás, pero su padre no cedió, sólo quería a Heba.

No quería al asesino de su esposa.

Había llorado cuando su padre dijo que no lo quería cerca, qué no era su hijo, sólo un estorbo.

Y Heba se enfrentó a su padre cuando quiso llevárselo, pateo y golpeó a quien le había dado la vida.

Porque Heba no iba a dejar a la persona que más quería sola.

Yugitober (Yugi x all)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora