14. Dioses

148 12 5
                                    

Pareja: Seth x Yugi Mutou/ Heba

NA: Por ahora no sé el nombre (creo que nadie lo había pensado antes xd), pero lo voy a hallar.

Perdonen la hora, la universidad me está matando y el que diga me venga con que "ay, la universidad no es complicada, la vida laboral", si, ¡ya lo sé!, pero al menos a mi me cuesta trabajar a distancia tres semestres seguidos, la exigencia en presencial no era la misma que en digital y mi forma de aprender es nula viendo sólo a los maestros enseñar diapositivas y mandar tarea tras tarea. Perdón por ser quejoso con la universidad, ando esperando mis calificaciones parciales y ando nervioso, ya no lo vuelvo a hacer :(

Dioses, los dioses eran seres poderosos que podían hacer y deshacer lo que quisieran con un simple chasquido de sus dedos, pero eso no era algo que haría un dios, así que aquello estaba descartado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dioses, los dioses eran seres poderosos que podían hacer y deshacer lo que quisieran con un simple chasquido de sus dedos, pero eso no era algo que haría un dios, así que aquello estaba descartado.

Los dioses eran los protectores de la humanidad, de los animales, las plantas y el lugar donde habitaban, algunos eran benevolentes y otros eran malvados, pero todos ayudaban a aquellos que creían en ellos tan firmemente que, si alguien decía algo horrible de alguno, este haría cualquier cosa con tal de demostrar que era mentira.

Seth era parte de la corte del faraón, un sacerdote fiel a la palabra de este, sin embargo, jamás había practicado los rezos con los dioses, para él, solo eran figuras de seres a los que veneraban para tener algo en qué creer.

Entonces el enemigo del norte atacó a su pueblo, enemigos más fuertes que sus soldados y mucho mejor organizados (algo que golpeaba en el orgullo de los egipcios), la tierra donde nació empezaba a ceder ante los ataques del enemigo, los muertos se acumulaban y su querido primo no podía defenderlos teniendo a otro enemigo acercándose de igual forma.

El pueblo de Egipto iba a perecer y sólo podía ver cómo sucedía.

El resto de los sacerdotes rezaba a los dioses, esperando su misericordia, que le dieran al faraón el poder para salvar a su pueblo.

Hasta el mismo Atem había ido a rezar a los dioses, ofreciendo su vida misma si así podía salvar a la gente que habitaba en Egipto.

Pero los dioses jamás aparecieron.

La esperanza iba perdiéndose, veía como los sacerdotes y su primo iban perdiendo la fe de evitar la invasión que, día con día, se hacía presente en los corazones de todos.

Seth no era de rezar a los dioses.

Y aún así, había ido al templo deteriorado del hijo del dios Horus, un pequeño dios al cuál nadie rendía culto al atraer la desgracia, pero las antiguas escrituras jamás habían dicho a quienes traería desgracia el dios.

Sabiendo que el resto de los dioses no le habían sido de mucha ayuda a su pueblo, decidió apostarlo todo rezando a aquel dios que su nombre era desconocido.

Prendió las velas que alumbraron aquél templo oscuro y coloco frutas y oro como ofrenda para el dios.

– Oh, dios de la desgracia, hijo del dios Horus, yo, Seth, sacerdote del faraón Atem, vengo a usted para suplicar que ayude a mi pueblo con los enemigos que vienen a invadirnos, con su infinita misericordia, por favor, dios de nombre desconocido...

Yugitober (Yugi x all)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora