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Otabek rápidamente volvió a lo suyo, tenía un libro en sus manos y la bandeja del almuerzo un poco más lejos. Estaba re leyendo el capítulo que tenían de tarea esta semana en la clase de literatura, pues sabía que hoy le iban a preguntar sus interpretaciones, tal y como le había tocado al resto de sus compañeros. Aún así, le fijó muy bien en el rubio que llegó a su mesa, su expresión seria lo dejó pensativo, aunque esta mirada no duró mucho. Solo hasta que el resto comenzó a hablar.

 Poco tardaron sus amigos en presentarse ante el chiquillo, quien se anunció a sí mismo como Yuri Nikiforov. Mila se dedicó a molestar al rubio durante todo el almuerzo, mencionando algunas cosas sobre él con su amiga Sara, solo para ver como el menor estallaba de rabia.

— Yuri podrá parecer un tigre y todo, pero en verdad solo es un gatito que quiere cariñito.

El kazajo no pudo evitar sonreír al escuchar eso, así como Yuri tampoco pudo evitar lanzarle un trozo de pan demasiado grande a Mila, mientras empezaba a insultarla. En tan solo cinco minutos, Yuri ya le caía bien a todos los chicos, quienes se divertían viendo sus peleas con la pelirroja.

La verdad es que Yuri estaba nervioso, lo estuvo antes de sentarse con los demás y lo estaba ahora mientras sentía la mirada de los otros, sobre todo con el moreno antes estaba leyendo y ahora se reía con disimulo.

No estaba mal, siendo honestos, bueno, era guapo, mucho. Quizás era su expresión de desinterés o el corte de pelo, tal vez le llamó la atención que se vistiera genial, o el libro que estaba leyendo. Como fuera, Yuri no podía evitar que sus ojos se desviaran hacia él. El chico era cool, quizás más que el mismo rubio, o al menos eso pensaba.

🌻

Regresar a la escuela el día siguiente no fue tan terrible, ya no tenía que presentarse y casi nadie le ponía atención, por lo que el martirio fue menor. Su día mejoró notablemente cuando llegó la hora de almuerzo, pues vería a Mila y los demás, por lo que podría divertirse un poco.

Llegar de nuevo a la mesa donde le esperaban los mayores le dio algo de nervios, se sentía como un intruso, el chico nuevo al que cuidan. Al menos así era hasta que empezaban a hablar, porque dejaba de preocuparse al ver como Mila y Sara chismorreaban a la vez que Michele y Emil peleaban, cosa que le divertía bastante. El moreno serio llevaba un outfit similar al del día anterior, sin embargo ahora no estaba leyendo.

Mientras los demás seguían metidos en sus propias conversaciones, Yuri no sabía qué hacer, revolvía su ensalada con desgana, apoyando su cabeza en una de sus manos. Comenzó a mirar al chico serio, se fijó en su expresión de nada, sus nudillos algo rojos, la bufanda que traía puesta era bastante bonita... Sin embargo todo pensamiento abandonó su mente en cuanto sus ojos se fijaron en el rostro del moreno, quien le veía atento tras descubrirlo observándole. Yuri sintió sus mejillas arder, sobre todo cuando vio la pequeña sonrisa que el chico le dedicó, quien luego volteó a ver a Georgi, para entablar conversación. 

Yuri estaba avergonzado, el rubor cubría su rostro y en serio deseaba que nadie le hubiese visto, agradecido de que todos estuvieran metidos en sus conversaciones. Aunque, claro, Mila tuvo la suerte de ver el momento justo en que Otabek le sonreía a su amigo y este se sonrojaba, por lo que ahora podría utilizar dicha información.

🌻

Luego de almorzar, tanto Otabek como Georgi se separaron del grupo, ya que tenían un examen en la tarde y quería estudiar un poco más. Tanto Mila como los demás decidieron ir al patio, donde los gemelos Crispino se lanzaron al pasto, seguidos por Emil, quien se tiró encima de ambos. Mila se sentó un poco más lejos, riendo, Yuri se dejó caer al lado de ella, sacando su celular para revisar las redes sociales. La pelirroja, al ver como sus tres amigos no prestaban atención a ellos dos, encontró el momento indicado para molestar a su pequeño gato.

Cinco Pasos para Enamorar al Amigo de Mila  {otayuri}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora