Cinco Pasos para Enamorar al Amigo de Mila {otayuri}

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N°5: Sé un hombre y declárate

En este punto ya sabrás si tienes o no chance con el gatito, por eso ahora viene lo más importante: Demostrar que eres un macho alfa pecho peludo y decirle a Yuri que mueres por él. Todo saldrá bien, él te adora ❤ ❤ ❤

Y si no resulta, pues yo te compro el helado y te presto mi cuenta Netflix para que pases las penas ;-; (¡Pero todo saldrá bien, en serio!)

🌻

Yuri tenía la boca abierta de par en par, con el helado a medio comer y su gato lamiendo su mano, no podía dejar de ver el mensaje de su amiga. "Otabek Altin está loco por ti" ¿Cómo iba a ser eso posible? Ugh, no podía ser, de seguro era otra broma de Mila.

— Me estás jodiendo.

— Yuri, bebito, ¿Cuándo te he engañado?

— Mila, jódete, ¿Cómo le voy a gustar?

La pelirroja soltó un bufido a la vez que se lanzaba de lleno a su cama, cayendo sobre un montón de papeles, cuadernos y libros, porque sí, mañana efectivamente tenía examen de historia. Pero ayudar a Yuri era más importante, después de todo, de eso iba a vivir si su trabajo como cupido se concretaba.

— Yuri, no sé en qué idioma te explico, pero resulta que le gustas a Otabek, punto.

— Júralo.

— Lo juro por el katsudon que cocina tu papá japonés.

— Mierda.

El cerebro de Yuri simplemente había dejado de funcionar, su cuerpo y su existencia no eran más que una masa moldeable que se deslizaba por su cama hasta llegar al suelo, tirando su teléfono. Sus mejillas estaban rojas otra vez y quería reír, y llorar, y chillar y abrazar a su madre. ¿En serio eso estaba pasando? ¿En serio le gustaba a Otabek? Le parecía increíble, porque... Otabek en serio es genial, es su mejor amigo, con él siempre ha sido todo perfecto y... mierda, es tan genial. No pudo más y terminó cubriendo su rostro con sus manos, chillando de emoción con su gata al lado, viéndole por unos segundos para luego ir a lamer el pote de helado.

— ¡puma tiger scorpion, no!

Como pudo, aún con los nervios a flor de piel y las manos temblorosas, le quitó el helado a su gata y luego fue a buscar su teléfono, para seguir hablando con su amiga.

— Mila.

— ?

— Si le gusto entonces por qué no me besó?

Esa pregunta seguía en su mente, recordando el momento más vergonzoso de su vida, sintiéndose un poco triste nuevamente.

— ¿¡No te besó!?

— ¡No! Fue vergonzoso, yo solo me estiré y él se levantó y se fue, por eso me enojé.

— Ugh, Yuri, no lo sé. ¿Por qué no le preguntas tú? 

— Jódete, mejor ve a estudiar.

Mila sonrió al leer el mensaje de su amigo, dejando de lado su teléfono para por fin tomar sus cuadernos y estudiar un poco... o podría ver una serie y mañana sentarse junto a Sara y Beka... Y como señal divina, Netflix le avisó que habían subido la nueva temporada de su serie favorita, por lo que obviamente el estudio quedó en otro plano.

Yuri por su parte seguía tirado en la cama, pensando en la nueva información obtenida, molestándose otra vez con su amigo kazajo. ¿Por qué no lo había besado? Bueno, lo iba a descubrir, le iba a preguntar.