6.

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Secreto.

Bonten es la organización criminal más peligrosa, algunos la consideran la única, sino fuera por la existencia de Tianqí. Estas dos organizaciones se han unido, pasaron algunos días desde la alianza y la charla de negocios, una semana prácticamente, todo a estado yendo de maravilla, Shion madarame y Kanji Mochizuki han estado liderando parte de la distribución de drogas, aparte de que Bonten ha ayudado en el negocio de la prostitución que posee Tianqí.

Ran Haitani, actual líder de está organización, está contento con esta alianza, son básicamente invencibles, con Tianqí apoyándolos no había nadie que les pueda poner fin, y en realidad esto fue un golpe bajo para otras organizaciones criminales, que estos dos grupos hayan concordado fue espeluznante para muchos. Pero, las cosas no serían así de lindas por siempre, y Ran Haitani se daba cuenta de eso, podía ver algo, no sabe exactamente el que pero tenía esa sensación de que se estaban burlando en su cara, es solo que no podía averiguar que era exactamente.

Estaba junto a su hermano, tomó un sorbo de su té, a Rindou no le gusta el té, lo detesta, prefiere el café bien cargado. Ran no tenía planeado contarle nada, pero ambos son hermanos y siempre han estado el uno para el otro, es una hermandad que se ha visto grabada en su propia piel por muchos años.

—Rindou... ¿Todo está bien?

Su hermano alzó una ceja.

—¿A qué vino eso?

—Solo quiero saber si todo está en orden.

—Si, lo está.—bufo.—Esos dos, Shion y Mochizuki han servido de mucho. El ex líder de la novena generación de los Black dragon era un incompetente, me sorprende lo mucho que a sido de ayuda, también a distribuido muy bien las drogas por su zona, no hay ningún problema. Y en cuanto a Mochizuki Kanji,—hizo una mueca.—no me cae bien, pero eso no significa que no sea efectivo. Me ha ayudado mucho, en especial con algunos negocios, nunca pensé que ese cara se ogro sería tan astuto.

—¿Qué hay de Takeomi y Kakucho?

—Sabes muy bien que ellos no necesitan nada. Esos dos son los generales más fuertes.—contestó.—Todavía estoy sorprendido con el desempeño de esos dos perdedores de Tianqí. Se ven más motivados que nunca.

—Es porque no quieren defraudar a su jefe.

—¿Crees que su devoción es tan grande?

Ran asintió.

—Es gracias a Takemichi que dan el máximo de si mismos.—dijo.—Impresionante. ¿Qué tipo de hombre puede mejorar tanto a alguien?, me da curiosidad.

—Para mi solo se veía como un tipo cualquiera, ese tal Takemichi.

—Lo subestimas, Rindou. Él sólo ha llevado lejos a Tianqí, algo especial debe de tener. Sobre todo...—suspiro.—... Cuando lo tenía cara a cara, era como si él hubiese estado más cerca de la muerte que cualquier otra persona.

Rindou no pudo evitar soltar una pequeña risilla.

—No exageres.—resoplo.—Está bien, le doy crédito.

—... Yo también.

—Hermano, ¿qué hay de esa “persona”?

—... Todo está bien con él.—contestó.—Todavía no quiere aparecer pero pronto lo hará.

—¿Ah sí?

—Por supuesto, hermano.

—¿Cómo lo sabes?, ¿estuviste hablando con él?—cuestionó extrañado.

—Solo charlamos un poco, él es un tipo de pocas palabras.—sonrió.—Le hablé de Takemichi y por un momento su cara cambió.

—Ya veo.

—Por eso te digo, hermano, que tal vez pronto se muestre.












El día transcurrió normalmente, la noche cayó como de costumbre, luna llena, en una noche tan gélida como está, alguien buscaba refugio entre las piernas de una mujer, era Koko, intentando encontrar una chispa de calor en el cuerpo de una prostituta. Con sus pequeñas y delgadas manos acariciaba la piel de la mujer, besaba lentamente su abdomen, bajando hasta llegar a su parte íntima, la chica observaba como ese apuesto muchacho de ojos rasgados como gato empezaba a lamaer su vagina, aumentando el ritmo cada vez más, entrando su lengua y dedos dentro de ella, gemia y se estremecía.

Los coqueteos de la muchacha al joven de largo cabello platino lo encendían, de caricias y besos, pasaron a la acción, condom en mano y todo listo para introducir su miembro dentro de ella. El silencio de la noche desaparecía por los gemidos y diálogos de la pequeña chica, Koko se sentía un incómodo, solo tenía que hacer lo de siempre y listo, follarla, correrse y ella se irá, o él valga la redundancia, pero hoy tenía varias cosas por su cabeza, una cosa llevo a la otra y no pudo evitar pensar en esa muchacha de cabello rubio que murió en aquel incendio.

Koko intentó buscar algo de calor en el cuerpo de esta chica, pero no había satisfacción, más bien solo un sentimiento de desagrado, no quería alargar esto más, necesita terminar rápido, las bonitas palabras de ella no lo ablandan, mucho menos lo hacen cambiar de opinión. Para suerte suya, su teléfono comenzó a sonar.

—D-dame un segundo.—se levantó y tomó su celular, no miró si quera el número.—¿Aló?

—Koko, soy yo.

—Kakucho...—se sentó en la cama, pasó su mano por su cara.—... Dime, ¿qué hay de nuevo?

—Todo va de acuerdo al plan de Takemichi, sino me equivocó.

—No, estas en lo correcto.

La mujer, mientras tanto, fumaba de su cigarrillo eléctrico.

—¿Cuándo daremos el siguiente paso?

—No lo sé... El jef- agh, Takemichi no me ha dicho nada.

—Que raro. Él te cuenta todo a tí, principalmente.—comentó.—Bueno, no tengo mucho tiempo, necesito darte toda la información que sé.

—Habla.

—Ran Haitani no es el verdadero líder de Bonten.

—... ¿No lo es?

—No.—contestó.—O eso parece. Hay alguien más al mando, no mueve los hilos, tampoco muestra su cara, pero actúa por su cuenta.

—Especifica.

—El verdadero jefe a veces actúa por su cuenta, he oído a Ran hablando sobre ello en algunas ocasiones.

—¿Tienes alguna idea de quién podría ser?

—Si.—trago saliva.—Manjiro Sano, mejor conocido como Mikey el invencible.

Koko quedó boquiabierto.

—Kakucho, eso e-

—Sé lo que vas a decir, pero tengo mis razones.—interrumpió.—Lo lamento, tengo irme, la próxima vez que sepa algo te llamó.

—¡E-espera!—Kakucho colgó.—... ¡Mierda!

Koko se dejó caer en la cama, agotado.

—... Oye, mujer, pasame el mio.—pidió de casi mala gana su cigarro eléctrico.—Carajo...

Koko lo encendió y dio una larga calada, dejó salir todo el humo en la habitación.

Maldición, Takemichi... ¿Qué estas esperando...?










No soy tu héroe. [Takemichi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora