19.

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Cara a cara.

Unas horas atrás, Takemichi Hanagaki estaba sentado en su oficina, teniendo la sensación de que debía de esperar y ver que ocurriría, el presentimiento que calaba por su cuerpo lo mantenía al margen sobre todo. Pasaron algunos minutos, estaba completamente estático, esperando. Hasta que por fin llegó la hora.

—Muy bien, haya vamos.

Takemichi Hanagaki se levantó de su asiento, aseguró su pistola en sus pantalones y se encaminó afuera, tenía todo preparado, habló con Mochizuki Kanji sobre esto, él lo estaba esperando afuera, le envió un mensaje a Kakucho y Koko sobre adonde sería su próximo destino. El líder de Tianqí se subió al auto, a su lado estaba Kanji un poco desconcertado por está decisión tan repentina, que sepa, el pelinegro no suele tomar decisiones tan abruptas.

—Jefe... Es la primera vez que irá en persona a una batalla.—comentó su compañero.

—Siempre hay una primera vez para todo.—dijo.—Solo quiero ver esto hasta el final, con mis propios ojos.

Lo inesperado no fue la decisión de Takemichi sino también el hecho de que le envió un mensaje a Bonten, uno de los subordinados de Bonten, malherido, con signos de haber sido torturado brutalmente, volvió a la organización con una hoja entre sus manos que tenía escrita el lugar al donde Bonten debería de asistir si quería terminar con está pelea de una vez por todas.

Manjiro Sano leyó la carta, sabía muy bien que esto era un mensaje directo de Takemichi, no podía negarse a tal solicitud, corría el riesgo de que fuese una trampa pero, por alguna extraña razón, sentía que no era de esa manera. Mikey se levantó de su trono, con un poco de dificultad se plantó ante todo Bonten para vociferar las siguientes palabras:

—¡Tianqí nos ha estado pisando los talones desde que nos engañaron con una falsa alianza!, ¡nosotros hemos tomado la decisión de acabar con ellos por tal ofensa!, ¡no podemos permitir que esto siga así!, ¡se están burlando de nosotros en nuestras caras!, ¡hoy, está noche, hiremos al muelle a poner fin con todo esto!, ¡vamos a aplastar a Tianqí!

El discurso, su discurso, de esos que daba en los viejos tiempos, lo llenaba de nostalgia poder expresarse de esa manera. Cuando todo Bonten grito al unísono brindándole todo su apoyo, ante los ojos de Mikey fue como ver a la Toman una vez más, sonrió de oreja a oreja, nostálgico por la imagen que se presentaba ante sus ojos, podía sentir hasta su propio uniforme de esos días, la misma energía, el mismo sentimiento.

Así fue como Tianqí y Bonten se encontrarían en el muelle, pero más específicamente en el puerto de Tokyo. Supuestamente fue Bonten que llegó primero, aunque está anticipación era absurda y Ran Haitani lo sabía más que nadie, Tianqí estaba escondido, en alguna parte, pensaba que podía ser una trampa, conociendo a Takemichi cualquier cosa es posible a estas alturas. Bonten estaba un poco desconcertado, pasaron algunos segundos incómodos, Mikey estaba tranquilo, no sentía nada malo, mientras que los hermanos Haitani tenían la guardia alta.

De la nada, Takemichi salió de uno de los tantos contenedores coloridos del lugar. Tenía un altavoz en la mano, lo puso en su boca y desde la distancia dijo:

—¡Bonten bienvenidos!, ¡es un honor tenerlos aquí!

Ran alzó una ceja, y pensó desde su punto de vista:

Algo no está bien. Este lugar es casi como un laberinto por todos estos contenedores. Y si ellos llegaron primero...

No soy tu héroe. [Takemichi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora