+18

136 7 9
                                    

Fritz:

—Es increíble que haya aceptado a esto.

Beck y yo estábamos en el pórtico de la casa de María. Yo toqué el timbre. Mi progenitor estaba mirándome con los ojos cruzados, casi que me daba un sape. Nos abrió una mujer alta, parpadeó un par de veces antes de decirnos si quiera hola. Nos veía de pies a cabeza. La señora salió del trance, nos dio una cálida sonrisa.

—¿Son los Smith, no?— se recostó al marco de la puerta y cruzó los brazos. —. ¿Les ayudo en algo?

—Mi hijo aquí presente es tímido para lo que le conviene— empezó Beck señalándome con la mano, yo me apené de inmediato por su comentario. —. Su hija es parte del grupo de mi hijo, tienen una tarea larguísima por entregar así que este fin de semana iban a quedarse en nuestra casa— tomó aire. —... Su hija dijo que ÉL— hizo enfasis en eso último mientras me miraba molesto. — debía pedirle permiso por ser la única chica de todos. Así que, me pidió que lo ayudara porque si lo dejamos hablar va a decir lo primero que se le pase por la mente y, créame, ni yo quiero dejarlo hablar. ¿Puede María por favor venir a nuestra casa? Le aseguro que voy a estar al tanto de todo lo que pase.— se detuvo a tomar aire.

Yo me quedé con la misma expresión de la señora.

—Sí... María me contó algo de eso, se estaba alistando. Sabía que ibas a venir.— me sonrió.

—Le estuve enviando desde anoche, estaba ansioso de tocarla.— Beck me tapó la boca apenas dije eso.

Ella entrecerró los ojos un poco molesta.

—¡Aquí vengo!— salió María de la casa. —¿Ya me puedo ir?— miraba a su mamá con un puchero.

Su rostro redondo era demasiado adorable, sus labios eran tan lindos, aquel puchero carnoso y arco de cupido llevaban un color rosa brillante. Sus ojitos achinados negros brillaban con encanto. Llevaba una mochila y un lindo conjunto de pantalón y blusa de tiros, combinado en tonos pastel rosa y amarillo. Esa aura tan dulce de ella era lo que me llamaba la atención, lo que tanto me ponía bobo.

Apenas Beck me soltó la boca, yo me atreví a darle la mano a la chica.

—Andando, gracias.

Y nos fuimos. Dejé a mi padre y su madre probablemente confundidos, pero ya me la había traído. Los chicos no habían llegado, así que era verdad estábamos solos en mi casa.

Apenas cerré la puerta de la entrada cuando entraron Scott y Vincent que estaban balbuceando cosas. Scott corrió a abrazar a María. Me confundía su actitud con ella a veces... Unas veces estaba molesto y otras era lo más dulce del mundo. Vincent me agarró un hombro y fue cuando me acordé de algo importante.

—Vincent, ¿me ayudas a llevar los bolsos a mi habitación?

—Claro— apenas dijo eso le puse el bolso de María y Scott en las manos, además de que él llevara el suyo en la espalda. —. ¡Oye!— me llamó y me detuve en el primer escalón al segundo piso.

—¿Qué? Te ayudo a tener los brazos en forma, tienes un juego pronto, ¿no? Andando.

Yo iba tarareando, lo sentía detrás de mi andando rudo y pesado. Apenas abrí la puerta, lanzó todo en el suelo, igual que su bolso. Luego los movimos al clóset. Cuando quise hablarle, él estaba mirando desde su lugar como estaba acomodada la habitación.

La cama estaba tendida, había tres colchones en el suelo, dos individuales y uno grande. Con cobijas y almohadas. Él se rascó la cabeza en lo que yo caminaba hasta mi cama para sentarme.

—Hueles a cigarro.— le dije.

—Me fumé uno viniendo...

—¿Todo bien en casa?

NADA SERÁ IGUAL / FNAF AU (VinScott-FritScott)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora