Fritz:

Abrí los ojos de golpe.

Las manos me pesaban. No sabía dónde estaba. Me logré sentar y no podía distinguir el fondo de la habitación, solo eran bultos borrosos. A mi derecha había alguien, entrecerré los ojos y logré ver que era Vincent bebiendo algo de un vaso. Estaba también en una cama de hospital, su pierna derecha estaba suspendida en el aire con un arnés y llevaba un parche en una mejilla. Se sorprendió de verme despierto.

—¡Estás vivo!— estaba emocionado. —¡Beck!— gritó mirando al fondo de la habitación. —¡Beckham!

Harto, se terminó su bebida y apuntó bien para lanzar el recipiente a lo largo de la habitación. Escuchar aquel quejido de dolor y el golpe plástico me hicieron entender que Beck estaba dormido en el mueble del lugar.

—¡Pequeño!— escuché su voz.

Veía aquella figura de color azul y negro moverse rápidamente hacía mí, hasta que pude visualizar mejor su rostro. Me puso las gafas.

—¿Qué pasó?— pregunté mirando a mi padre.

—Estás bien, pequeño. Estás bien.— respondió abrazándome.

—¡Qué no pasó!— comentó Vincent feliz.

Estaba como desorientado. No recordaba mucho después de que me tiré en el piso para desangrarme. Creía haber visto a Scott, pero de ahí solo veía las luces blancas del pasillo a urgencias en la clínica.

Beck me dejó de abrazar para besar mi frente.

—Siento las manos raras— me miré las manos. Reposaban sobre un par de plásticos brillantes y rígidos unidos a ambos lados de la cama. Tenía vendas en las muñecas dando vueltas. —... No las puedo mover...— dije preocupado al ver que no respondían a mis pensamientos.

—Están bien, Fritzzy— Beck me tomó una mano. Podía sentir su calidez. —. Es la anestesia.

—¿Anestesia?— levanté un ceja.

—Te cauterizaron un par de venas— respondió mirando mi mano izquierda. —, además de las suturas en ambas muñecas— me acarició la mejilla. —. ¿Tienes hambre? ¿Quieres beber algo?

Yo no podía responder. No terminaba de procesar todo.

—Yo sí tengo hambre, Becky.— respondió Vincent levantando la mano.

—¿Tu pierna qué tal?— pregunté mirándolo.

Vincent se encogió de hombros.

—No es nada grave— se puso una mano en el muslo. —, mayor fue el susto.— tenía una sonrisa.

Cerré los ojos y volví a recostarme.

—¿Cuánto llevo dormido?...

—Te trajeron hace como media hora— respondió Beck. —... ¿Seguro que no quieres nada?

—No... Solo quiero quedarme así un rato...

Sentí que abrieron la puerta de golpe, escuché pisadas apuradas también.

—Tienes que ver esto, Beck— reconocí la voz de María. Estaba ella alcanzando el control remoto de la televisión, la encendió y lo que veía era el reportaje de nuestro secuestro. —. Es sobre Violeta.— se acercó de espaldas hasta quedar en el medio de las dos camillas.

El reportaje mencionaba que a la madre de Vincent se la había encontrado culpable de asesinato en tercer grado y con posibilidades de salir sin problemas de tal acusación, debido a la evidencia encontrada en el apartamento donde nos había mantenido secuestrados.

NADA SERÁ IGUAL / FNAF AU (VinScott-FritScott)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora