16. Wake me up when september ends.

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¡Hola mis bonitos lectores! Sin querer este fic cayó en hiatus un mes entero, que terrible, lo siento. Muchas personas me pidieron por la actualización cuando pregunte en mi perfil, esas personitas tendrán dedicatoria en el siguiente capítulo, pero este tiene que ser para MrGako, porque me ha apoyado mucho durante estos días, con mis dinamicas todas deformes, y además, le hice el spoiler de este capítulo como hace medio año, me demore un montón en llegar al arco final.

¡Espero que les guste!

¡Espero que les guste!

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—Aborta.

Eiji parpadeó, analizando esas palabras con sumo cuidado, sin llegarlas a procesar. Sus pies estaban pesados contra el suelo, aunque se encontraba paralizado, la habitación daba vueltas a su alrededor. Durante estas últimas semanas se ha sentido...Extraño, ha sido realmente duro mantenerse dentro de su propia piel, se concebía fuera de su cuerpo, como si fuese un mero espectador pasivo atrapado en un recipiente vacío. Todo estaba quebrado, nada era real, el ciclo de calor lo dejó jodido. El canto de los mirlos lo quebrantó un poco más, ansió reincorporarse a la realidad, pero el infierno se hallaba plasmado en el techo, tal vez, esta era una larga pesadilla.

Sí, mamá pronto lo vendría a despertar para darle natto.

Pronto, sería septiembre.

—¿Qué fue lo que dijiste? —Yut-Lung Lee cerró el libro de golpe, se encontraban discutiendo en la oficina del lince de Nueva York, donde los muebles eran refinados y ostentosos, tan impersonales.

—Aborta. —No hubo amabilidad en sus ojos cuando lo miró—. Te conseguiré una hora con Meredith antes de la otra semana, no puedes ver a tu padre con ese engendro dentro.

—¡Estás siendo injusto! —Eiji se apretó el vientre, aterrado, él retrocedió.

—¿Injusto? Te estoy dando una salida de este problema. —Las sandalias de madera le pesaron como si se hallase pisando arenas movedizas o las entrañas de un cadáver—. Deberías estar agradecido.

—Ni siquiera me has preguntado si quiero tenerlo o no. —Ni le dio la oportunidad—. Yue, por mucho que te quiera, no puedes tomar esta decisión por mí. —El aludido ya se encontraba plantado frente a él, con una mirada tan gélida que le congeló el alma, se preguntó si podría derretir la inocencia o se encontraría congelada en la carcasa de una montaña alta, el Kilimanjaro quizás, le dolió la idea.

—No tendrás eso. —Que hundiese un dedo en su vientre le heló la sangre. Claro que lo entendía, lo más factible para la supervivencia de Yut-Lung, era que hablase de los bebés como meros objetos inanimados, tenía un vasto historial de embarazos no deseados, no obstante, lo hería—. ¿Acaso no lo entiendes? Si tienes un hijo, no te quedará más opción que ser un...

—¿Un qué? —Su boca tembló, repleta de rencor, envenenando lo genuino para dejarlos siendo unas muñecas rotas.

—Un omega.

Bird cage.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora