18. Dusk till dawn.

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¡Hola mis bonitos lectores! Este fic tiene un redrawn de la portada que no pude poner porque sigo viendo cómo bajarla, pero de todas maneras, este es un capítulo muy especial para mí, que tiene que ir dedicado a la persona que más me alentó a continuar con el fic, no solo por su tremendo arte ni por sus constantes cariños, sino porque es una escritora a quien admiro y amo mucho. deokumura, esto es para ti con todo mi corazoncito.

¡Espero que les guste!

—¿Dónde se metió ahora?

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—¿Dónde se metió ahora?

Eiji arrojó un suspiro al viento, las viejas luces del supermercado lo forzaron a entrecerrar la mirada, eran amarillentas y enfermizas, resaltaban el polvo en el aire, lo hicieron consciente de lo mugriento que era aquel nirvana ficticio, las ruedas del carro arrojaron un chirrido oxidado cuando las continuó empujando hacia el pasillo. Se detuvo frente a un pilar reflectante, él examinó con cruda parsimonia el reflejo que el plateado le brindaba, era extraño verse sin yukata, pasó tantos años acostumbrado al estatus que le imponía la vestimenta que olvidó la comodidad del algodón, por eso, vislumbrarse con una camiseta de diez centavos blanca y unos shorts cortos elásticos no era más que extraño, lucía como...

¿Un chico normal?

—Normal ¿eh? —Se burló de él mismo.

Su atención saltó de inmediato a la mordida en su nuca, era sangrienta, parecía hecha por un animal salvaje marcando a su presa. Él la repasó con las yemas, aunque ya se hubiese vuelto a formar costra, de vez en cuando la mordida se abría, eso resultaba sumamente molesto al coincidir con el largo de su cabello, porque a veces la costra atrapaba algunos de sus mechones en el proceso de cicatrización y él tenía que romperla para evitar infecciones, sonrió tras tocarla, recordar su celo era repugnante. Si bien, proporcionó su consentimiento dentro de lo posible para un omega, nunca lo sintió de esa manera. Fue una violación, no existía palabra que lo suavizara. Se cuestionó si su celo siempre sería de esa forma y le dio pena saber que sí, esta era la cumbre de la evolución.

—¿Ash? —Negó, no quería pensar en eso o se rompería—. ¿Aslan? ¿Dónde estás? —Así que siguió arrastrando el carrito de supermercado por los pasillos.

Encontró al alfa en la sección de ropa, ni siquiera le avisó cuando desapareció con la lista, solo se esfumó, dejando a un embarazado con los víveres. Antes de que pudiese reprocharlo el corazón se le detuvo, porque Aslan levantó un mameluco con una sonrisa tan bonita que invirtió la rotación del mundo, el brillo que chispearon esos ojos verdes le transmitió una desmesurada sensación de paz y ternura, se abrazó de manera inconsciente el vientre.

Un bebé.

Había un bebé de él y Ash en su vientre.

Su bebé.

—Ash... —El pensamiento le llenó el corazón de una sensación desconocida e intimidante, más, no desagradable. Pensó en los pajaritos que forjaron nidos en su pequeño Edén—. Te estaba buscando.

Bird cage.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora