13. The Wisp Sings.

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¡Hola mis bonitos lectores! Sigo tanteando cómo me siento con este fic, pero este es un capítulo importante y el primero que solo se enfoca en el AshEiji así que quería mucho sacarlo. Se lo dedico con todo mi amor y corazoncito a esta persona AngelesFrontera, ha sido muy dulce conmigo siempre pero especialmente en estos momentos, me ayudó mucho, gracias, de verdad. No le tengo fe a mi trama así que sigo nerviosa.

¡Pero espero que les guste!

Aslan se deslizó por la cintura de su amante en una caricia de seda, sus piernas se entrelazaron bajo las sábanas con una delicadeza digna de un mirlo, mechones entintados le cosquillearon debajo del mentón

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Aslan se deslizó por la cintura de su amante en una caricia de seda, sus piernas se entrelazaron bajo las sábanas con una delicadeza digna de un mirlo, mechones entintados le cosquillearon debajo del mentón. Un cóctel de feromonas inundó su cordura apenas despertó, dulce, muy dulce. Lo tenía entre sus brazos, completamente desnudo y vulnerable, lucía frágil e increíblemente joven. Fue ahí cuando se dio cuenta de lo pequeño que era Eiji, le resultó irónico considerando la grandeza inherente de su alma. Él le presionó un beso contra las onditas, una noche estrellada de Van Gogh se hallaba plasmada en el pecho del omega como evidencia del encuentro de anoche. Le dijo que lo amaba y eso lo enloqueció. Ash lo acercó, permitiendo que esas pequeñas manos navegaran por las grietas de su espalda durante la inconsciencia y su corazón cayese aún más. Fue eléctrico, el amanecer ya se había colado por la ventana, él pensó que si existía una verdadera joya en la habitación eran esos ojos somnolientos, más oscuros que el carbón pero más brillantes que las obsidianas, desprendían brasas de confort que lo impulsaban a vanagloriar la eternidad y a anhelar lo imposible.

Onii-chan, ya es hora de que despiertes. —Le pareció adorable la manera en que el aludido se quejó antes de esconderse contra su cuello, justo donde se encontraban sus glándulas aromáticas, lo hizo sentir como si fuese su alfa, eso le encantó.

—Solo un poco más. —¿Y quién era Ash Lynx para negarle algo? Amarlo lo hizo débil.

—Los viejos se levantan temprano. —Pero extraordinariamente fuerte al mismo tiempo, esa era la dualidad de exponer sus espinas, eran un arma de doble filo que espantarían a la mayoría, tal vez el chico que desafiaba a la gravedad podía ser su única excepción—. Vas a llegar tarde a tu juego de croquet.

—Déjame dormir. —En el fondo, le aterraba ser vislumbrado.

—Eres un terco. —Se profesaba cansado de esta pena eterna, le gustaría tanto que lo amara, que esas palabras azucaradas fuesen de verdad y esa marca significase algo.

—Solo cinco minutos más.

—Tú ganas.

Aslan alzó la mirada hacia el techo, una réplica de «la creación de Adán» centelleó contra los suaves matices dorados que se colaron a través de las cortinas. Dino Golzine solía abrazarlo en este mismo lecho, mientras lo obligaba a contemplar estas obras religiosas, era grotesco, casi nauseabundo. Recordaba a la perfección su aliento entremezclado con vino golpeándole el cuello mientras le apretaba la cintura, pensó que jamás escaparía de ese infierno, no creyó tener las bolas suficientes para asesinarlo, pero lo hizo. Gracias a Max y a Blanca alcanzó su presunta libertad. Su atención fue absorbida por la expresión de Adán, se preguntó si Dios seguía arriba por la superioridad a sus creaciones o por temor. Perpetuó la manera en que ese pederasta sonrió antes de adorarlo una última vez, el contenedor divino terminó siendo una desgracia.

Bird cage.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora