17. I come to you in pieces.

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¡Hola mis bonitos lectores! Esto pasa cuando me dan mucha cuerda con alguna trama, se me sube el hype y termino haciendo spam, perdón, pero quería mucho escribir este capítulo. Como dije, hoy se lo dedico a las personitas que me lo pidieron, o sea: Gule_Gardiner292-Casata_ y RBCC06, va con mucho amor para ustedes. Recuerden que este fic toca temas fuertes (se advierte desde el prologo), han sido transversales a lo largo de toda la trama, especialmente el consentimiento, pero siento que el tema surge con aún más fuerza acá, para que lo consideren.

¡Espero que les guste!

—¿Qué crees que sea? —Ash trazó finos círculos sobre el vientre de Eiji, se encontraban recostados en la cama, apartados de la realidad en un refugio tan frágil como un barquito de papel—

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—¿Qué crees que sea? —Ash trazó finos círculos sobre el vientre de Eiji, se encontraban recostados en la cama, apartados de la realidad en un refugio tan frágil como un barquito de papel—. ¿Un niño o una niña? —El omega sonrió, deleitándose por los mimos, aún bajo la ternura que el algodón le ofrecía, era capaz de reconocer la aspereza de esas yemas, eran trazos juguetones e infantiles por encima de su piel, le hicieron cosquillas.

—No lo sé. —Aslan se inclinó con timidez, atrayéndolo hacia su pecho, sus caricias se intensificaron, él presionó el botón de la camiseta antes de colarse bajo los bordes de la franela, cálido, muy cálido. Aunque el omega estaba vistiendo la parte superior de su pijama, la prenda le sentaba de maravillas, le encantaba—. Es demasiado pequeño para saberlo, escuchaste al doctor.

—Tu pancita todavía está plana. —Él detuvo sus mimos para acomodar su palma justo en el vientre de su pareja, las sábanas se deslizaron desde su torso desnudo hasta su cadera, la habitación yacía bañada por una tenue luz mañanera, hacía frío—. Me pregunto cuánto crecerá.

—Todavía no se siente real ¿sabes? —Pero ninguno tenía frío en los brazos del otro, a pesar de estar compartiendo un conjunto de pijama entre los dos, esas cuatro letras no significaban nada—. Me gustaría que se pareciera a ti. —Que Eiji dejase escapar el pensamiento le aceleró el corazón. Era un hombre afortunado, desde que le contó sobre el embarazo ha estado en las nubes.

Un bebé.

Su bebé.

Un bebé entre Eiji y él.

—¿A mí?

—Sí, me gustaría que fuese igual que su padre. —Aslan le presionó un beso contra la frente, esos mechones entintados se alzaron hacia sus labios, haciéndole cosquillas debajo del mentón, él era un desastre—. Exceptuando el mal carácter, por supuesto.

—Me encantaría que se asemejara a ti. —Musitó—. Pero sin ese horrible gusto por el natto. —El puchero que su pareja le obsequió fue absolutamente adorable, era tan sencillo para Eiji derretirle el corazón. Antes de que se proclamase victorioso en este combate...

—¿Sí? Pues he tenido puros antojos de natto, así que le encantará. —Ese infame omega lo venció. Ash le delineó la cintura con lentitud, se tomó su tiempo para memorizar cada curva como sagrada, era delicada pero mortificantemente tentadora, todavía tenía músculos de deportista marcada, era bronceada, salpicada por algunos lunares que forjaban una tenue constelación de estrellas.

Bird cage.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora