ᴠɪɪɪ

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«¿Su nombre? Su nombre cambia de acuerdo, al lugar donde te encuentres.

No prefiere uno en específico, pero sin duda, uno de sus más íntimos es Kim TaeHyung. A pesar de que fuimos enemigos, un par de años, supimos arreglar nuestras diferencias, de una forma, que yo nombraría, bastante peculiar.

Tiene un porte elegante, destaca su elocuencia al hablar y siempre sabe cómo mantenerte bajo sus encantos. Y no, no es un halago, lo detesto, pero, soy sincero en cuanto a su personalidad calculadora y fría.»

Sus bocas se movían en una desesperada y apresurada danza. Llenando de chasquidos la habitación. Rápidamente quedó sobre sus piernas, aferrándose a sus hombros y él, a sus caderas, ligeramente bajando sus besos y perdiendo la ropa en ello.

Sus ardientes y deseosas manos se movían por la fina y bronceada piel del chico, él por su parte, exploraba aquellos perfectos cabellos azabaches, perdiéndose en el color plateado y destellos dorados de aquellos ojos.

Alzó sus caderas con cuidado y deseosos, entregaron sus cuerpos al deseo de la lujuria, fundiendo sus cuerpos en uno solo, disfrutando de la tenue luz de luna que iluminaba la habitación, y desafiándose entre diferentes duelos que el placer carnal les ofrecía.

Ambos tratando de vencerse el uno del otro.

...

JungKook miró al techo con pesadez, en realidad, todo su cuerpo pesaba y las ganas de ponerse de pie, eran nulas, sin embargo, cuando se deslizo entre sus sábanas, su propia desnudez le alertó, levantándolo de golpe.

Había caído, una vez más, entre los encantos del seductor rey de las pesadillas, se rio, ya ni si quiera tenía sentido seguir repudiándole, después de todo, habían establecido una relación más allá de una competencia de orgullos.

No eran aliados, ni amigos, solo... un par de extraños desafiándose de una manera, bastante extraña.

Se puso de pie, cubriéndose con su sábana y caminando al baño, dispuesto a ducharse, hoy tenía algo que hacer, y eso era, escribir sobre el rey de las pesadillas.

Había algo bastante peculiar en él, no sabía que, o si al paso del tiempo había aprendido lo suficiente como para ver qué, después de todo, su relación no había sido tan mala, aquellos sustos de niño, le habían hecho fuerte, le habían forjado carácter, y cuando quisieron hacerle menos, se defendió, cuando alguien le insultaba, respondía y nadie le dejaba callado, cuando tuvo oportunidad, práctico defensa personal y cuándo la necesito la aplico, sin miedo a que aquello pudiera salir mal.

Le había hecho un hombre independiente, seguro y que, enfrentaba a lo le temía, era extraño, pero, le hacía fuerte y eso, sin duda podía agradecerlo.

...

—¿A qué debo tu visita? —sonrío, caminando con sus brazos cruzados tras su espalda—. Supongo debes tener un motivo

—Lo conoces bien

—Te agradecería que fueras claro —le miro con firmeza

—La primera guardiana sabe de lo que haces —soltó de golpe, esquivando su mirada—. Quiere que dejes de frecuentarle, o tomará cartas en el asunto

—¿Por qué debería tomar cartas en un asunto que no existe?

El guardián le miro sorprendido, incluso su expresión reflejaba confusión.

—¿De qué hablas?

—Oye, esa es mi pregunta. ¿De qué hablas tú? —rio sarcástico—. No entiendo a que asunto te refieres

𝑆𝑜𝑚𝑛𝑢𝑚 𝐸𝑥𝑡𝑒𝑟𝑟𝑒𝑟𝑖 | 𝑇𝑎𝑒𝐾𝑜𝑜𝑘 [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora