La habitación del hotel en el que me estaba quedando estaba completamente a oscuras.
Habían pasado dos días. Dos días desde que lastimé el corazón más sincero que pude conocer y el dolor sigue siendo el mismo.
Mi teléfono no paró de sonar por horas, pero no me atreví a mirarlo y se detuvo cuando la batería se terminó.
Es que cuando creo que todo puede mejorar sucede algo que solo empeora las cosas y no es fácil, claro que no. Todo es una lucha constante, pero ya estoy cansada de luchar todos los días sin tiempo de tregua.
Se esfuerzan tanto por arruinar lo poco que tengo o aquello que de verdad me gusta solo por no estar de acuerdo, entonces solo lo destruyen, me destruyen.
Me gustaría ser aquella a la que no le importan los comentarios de terceros, aquella que se ama a sí misma, aquella que va por la vida con una sonrisa en la cara, pero una sonrisa real y no aquella falsa que cargó casi siempre y digo casi siempre porque a veces si soy feliz de verdad que lo soy, aunque esas veces sean contadas.
Crecí con las comparaciones de las personas sin tener la oportunidad de demostrar quién podía ser y mierda de verdad que dolió y aún duele.
Y es que ahora puedo entender a todas aquellas personas que en algún punto de mi vida se alejaron de mi o me cambiaron, aunque yo no hubiese hecho lo mismo, lo entiendo, porque no era su responsabilidad soportar a una persona tan destruida como yo y pido perdón por el tiempo en el que tuvieron que soportar toda mi mierda, no lo merecían.
Estaba tan enfocada en lo destruida y rota que me encontraba y no vi que estaba dejando pasar la vida.
Cuando la noche llego la puerta fue tocada. Seque mis lágrimas y limpie los restos de mocos que tenía en la nariz.
No tenía idea quien odia ser porque no había hablado con nadie, pero de todas formas abrí la puerta
- ¿A qué no esperabas verme, cariño? - no tenía ni idea de cómo me había encontrado, pero él estaba aquí
- ¿Qué diablos haces aquí, Jason? ¿No te basta con el daño que ya me hiciste que piensas continuar buscándome?
Estaba demasiado cansada emocional y psicológicamente que no podía luchar más contra él.
- Solo pasaba por aquí para felicitarte por tu increíble actuación.
- Jason, solo ya déjame en paz.
- Esta bien, me ire - y así lo hizo, dio media vuelta y se fue cerrando la puerta.
Y yo, yo me volví a hundir, volví a caer en un agujero del que no encontraba como salir.
Los toques en la puerta nuevamente me hacen caminar aún más enojado y frustrada hacia ella completamente dispuesta a terminar de una vez con todo este desastre que tuve que provocar.
- Ya hice lo que querías, solo ve... - mi grito se quedó a medias cuando me di cuenta que la persona detrás de la puerta no era quien yo esperaba.
Bueno andamos sensibles y este capítulo también tiene dedicatoria.
Va dedicado a todas esas personitas que en algún momento se sintieron o se sienten solas.
Para aquellas que vivieron o viven con las constantes comparaciones.
Para aquellas que pensaron que alguna situación fue su culpa y en realidad no era así.
Para aquellas que les toca fingir una sonrisa frente a los demás.
Esto va para ustedes porque son más que suficientes, aunque no lo crean, porque en algún punto de la vida todo se supera y el dolor se vuelve casi inexistente.
Este capítulo está escrito con muchas partes de las notas que tengo en mi teléfono, aquellas notas que hice hace dos años, así como las que hice hace solo dos días en medio de una crisis y solo por eso este capítulo significa tanto para mí.
Además de esta dedicatoria quiero decir que solo nos quedan entre 3 a 4 capítulos para darle punto final a esta historia.
ESTÁS LEYENDO
Enamorada Del Playboy
Teen FictionDICEN QUE EL AMOR CAMBIA A LAS PERSONAS... ¿SERÁ VERDAD?