Extra 2

167 7 3
                                        

Seis años después de la muerte de Jason

La nieve caía afuera del pequeño o bueno no tan pequeño departamento que tenía. Una taza de chocolate era sostenida por mi mano mientras el suelo estaba lleno de papeles con apuntes para mi examen final. Photograph de Ed Sheeran llenaba mis oídos e inevitablemente los recuerdos ocuparon toda mi mente.

Estaba bien, no completa, pero si bien y eso... eso bastaba para mí.

Removí la cabeza devolviendo aquellos recuerdos al cofre en mi mente y los libros de psicología volvieron a ocupar todo de mí.

No sé cuánto tiempo llevaba estudiando, pero la oscuridad que se veía por la ventana demostraba que debía parar o terminaría mil veces más estresada y una llamada entrante fue el rescate en aquel momento.

Llamada telefónica

- Pau, ¿cómo vas? - la voz alegre de Bryceida me hizo soltar un suspiro como cada vez que llamaba.

- Bien Bry, estudiando como lo vengo haciendo en los últimos años.

¿Eso quiere decir que estas en casa o realmente te volviste una rata de biblioteca? - una pequeña risa se me escapo por sus ocurrencias.

- Estoy en casa y tú, ¿cómo sigues?

- No importa eso. Necesito que vayas a tu puerta porque envié un paquete para ti y me acaban de avisar que ya te llego.

Aun con la llamada abierta a regañadientes tome un abrigo y me coloco zapatillas para bajar a buscar el paquete.

- No entiendo porque sigues enviando cosas si sabes que no necesito nada por ahora.

- Como si el ultimo regalito no te hubiese ayudado - el tono divertido me hizo pensar en el consolador que se atrevió a enviarme hace unos meses con la excusa de que si no quería un novio no dejara que me salieran telarañas en el coño.

- Bry, aquí también podía conseguir un consolador y hubiese sido menos vergonzoso que el hecho de enviármelo tú.

Cuando estuve en el primer piso, me recibió José, el conserje del edificio y junto a él una caja que era mucho más grande que yo.

- BRYYY, como diablos subiré esto a mi piso, mide casi dos veces lo que yo.

- Pues tendrás que abrirlo junto al conserje, seguro también te felicita por este regalo.

Deje mi teléfono en el escritorio que había en el lugar pensando cómo diablos lo abriría.

- Señorita, estas tijeras llegaron junto con el paquete - José me tendió las benditas tijeras y se lo agradecí.

Como pude clave las tijeras en el cartón y lo deslicé, aún no se podía ver nada porque me quedaba la parte de arriba y cuando estaba dispuesta a ir por una silla, un grito con mi nombre se escuchó.

Bryceida se encontraba frente a mí, pero no me sorprendí tanto por ella sino porque llevaba una barriga que parecía pesar más que ella.

- Tu estas bastante embarazada - ella aprovecho para burlarse por la cara de sorpresa que aún llevaba.

- Digamos que un poquito si, ahora ven y abrázame que tengo demasiados años queriéndolo y las hormonas no ayudan en nada.

No tuvo que pedirlo dos veces y avance hacia sus brazos y la envolví lo más que podía disfrutando el tenerla tan cerca de mí.

- Pero ¿quién es el padre? Porque no me habías dicho que andabas de novia - que yo la dejé soltera y ella aparece para convertirme en tía.

- Esa es otra larga historia, ya te la contaré completa luego.

- Cariño, parece que se te olvidó avisarme que ya podía venir.

Jason apareció de repente. Paren todo que era Jason, mi hermanastro.

- ¿Tu eres el padre? - al parecer el día estaba lleno de sorpresas.

- Hasta donde sé el bebé es mío al igual que ella - envolvió sus brazos por el cuerpo de Bryceida como muestra de que sus palabras eran reales y ella... ella solo sonreía como una loca enamorada.

Y fue esa sonrisa la que me recordó cuando era yo quien sonreía igual y una pequeña parte de mi tenía la esperanza de que el entrara por esa puerta reclamándome como suya, pero eso no pasaría, lo tenía más que claro.

Quería preguntar por él, saber si estaba bien, pero no me atreví a decir nada.

- Vamos a mi piso para que se acomoden - Jason tomó las maletas y subió adelante de nosotras.

》 José, podrías tirar los restos a la basura y perdona todo el desastre - el hombre me regalo una sonrisa y un no se preocupe señorita para darme la espalda y yo continuar el camino.

Una vez en mi piso procedí a colocar la llave y entrar en el pequeño espacio, pero un cuerpo detuvo mi propósito de ingresar.

- Pequeña, volví por ti y esta vez no te dejaré ir de mi lado.

Su voz y todo él estaba frente a mí, con una sonrisa dibujada en el rostro. Él estaba aquí por mí, para recuperarme.

No tiene nada que recuperar porque nunca me perdió, siempre ha sido él y nadie más.

Camine hacia él y cuando lo tuve a solo centímetros me dediqué a detallar su rostro, a grabar cada pequeño detalle suyo porque maldición no me había percatado de lo mucho que lo extrañe hasta ahora que lo tenía frente a frente.

- Pero, ¿cómo entraste? Tu...

- Al parecer tienes una obsesión con dejar las ventanas sin seguro. Nos merecemos una nueva oportunidad, una donde solo seamos tu y yo contra el mundo, una donde pueda despertar junto a ti y verte antes de dormir, una donde pueda ser tu soporte y sobretodo una donde cumplamos todo aquello que el pasado no nos permitió cumplir.

Mis ojos se llenaron de lágrimas porque merecía ser feliz y para serlo tenía que estar a su lado.

- Cariño, no tienes nada que recuperar porque nunca me has perdido. Recuerda que siempre has sido tú y nada más tu - tome sus manos y enlace nuestros dedos.

》Ya sané y pude soltar aquello que me dañaba, aquello que no me dejaba seguir junto a ti y claro que sí tu estas dispuesto estoy lista para tomar esta oportunidad que la vida nos está ofreciendo.

- No tienes que decirlo de nuevo porque no pensaba moverme de aquí hasta que decidieras volver a mí.

Aún con nuestros dedos enlazados dio un pequeño jalón terminando de pegarme a su cuerpo y una corriente paso por toda mi espalda recordándome lo bien que se sentía estar tan cerca suyo.

- Porque siempre hemos sido nosotros sin importar nada más.

No pude esperar más para poder besarlo así que pasé una mano por su nuca y junte nuestros labios recordando su sabor, su calidez y la suavidad de sus labios.

Lo disfruté lo más que pude porque lo volvía a tener junto a mí y esta vez no estaba dispuesta a soltarlo para nada.

Nos queda un último extra y le damos punto final a esta historia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 04, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Enamorada Del PlayboyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora