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Por qué pregunta eso, acaso le importa, el ya hizo su vida, así lo escuché una vez en el canal de deportes, que "Jesús Ángulo de la mano de su nueva novia", que al parecer ya tenían más de un mes saliendo, de ahí me di cuenta del por qué termino nuestra relación, se veía con ella estando conmigo.

— Acaso te importa? — pregunté mirándolo de mala gana.

— Claro que si, todo lo que venga de tí me importa.

— Ahora resulta, por favor no vengas con eso ahora — mire a mi alrededor en busca de Haret, ahora sí necesito que me saque de aquí.

— El último día que nos vimos, debimos aclarar las cosas— oh ya saco el peine, bien es momento de decir lo que siento.

— Oh creeme que intenté hacerlo, pero te ganaron las ganas de irte con ella, ni un porque de nuestro rompimiento me aclaraste, absolutamente nada Jesús, nada me dijiste — tenía su mirada en el piso, y yo mirándolo, conteniendo mis lágrimas — Mírame Jesús, no agaches la mirada, por una vez en tu vida enfrenta tus errores — así lo hizo, poso su mirada triste en mi —me viste la cara de estúpida, hablabas con ella, cuando estábamos juntos, acaso hubo algo que hize mal, Te ame en tus peores momentos, pero eso no te importó, nada, así que no empieces ahora con que te importo.

Mis lágrimas ya nublaban mi vista, una parte de mi se siente bien, necesitaba desahogarme, decirle lo que sentía, limpie mis lágrimas y pude mirar su expresión de culpa por así decirlo, tenía sus ojos rojos, se que fui un poco dura pero se lo merece.

— Joselin, fui yo quien falló en nuestra relación, me fui de ti, aún amándote — lo mire incrédula — no sabía bien lo que hacía, pero ella tenía algo que me hacía sentir bien.

— ¿Yo no te hacía sentir bien? Digo para ofrecerte una disculpa, por haberte apoyado en tus inicios como futbolista, por haberte apoyado en tus peores momentos, de verdad no sabía que te sentías mal estando a mi lado.

— No es eso Joselin, me refiero, a que me cansé de lo mismo de siempre, necesitaba conocer más gente, incorporarme a mi nueva vida de futbolista profesional, salir de la rutina de siempre.

— Y por qué nunca lo dijiste, pudimos haber cambiado todo eso que te molestaba, sé que si hubieras Sido sincero, no hubiera habido una maldita manera de que te enamorarás de alguien tan rápido.

Ya no tenía caso seguir con esto, el ya había aclarado todas mis dudas, nunca fui suficiente para él.

No pronunciaba palabra alguna, supongo que se le acabaron sus escusas.

— Ya dejémoslo así, me traicionaste y no se si algún día te arrepientas de haberme lastimado así. Te Amo Jesús.

Me alejé de ahí, quería irme y llorar, mi madre me dijo una vez que llorar es bueno, así sacas todo el dolor que llevas dentro.

Ví a Haret junto a Sharon y Kevin, me acerqué a ellos limpiando mis lágrimas. Les sonreí.

— Ví que estaban hablando supuse que de sus diferencias, por eso preferí no acercarme — dijo Haret en cuanto llegue a su lado.

— Está bien, lo necesitaba — mire a mi amiga colgada del hombro de su novio.

— Tomo demasiado, por eso ya hay que irnos.

Asentimos, y salimos del lugar, no se por que Sharon toma como si el mundo se fuera acabar, si sabe cómo se pone para que toma; nos subimos al coche de Kevin, está vez Haret manejaría ya que Kevin también ya estaba algo pasado de copas, la pareja se fue en los asientos de atrás, nadamás tocaron los asientos y los dos cayeron en los brazos de Morfeo.

Ninguno de los dos se limito hablar durante el camino, cuando llegamos al departamento con ayuda de Haret pude bajar a mi amiga del coche, la cargo y camino con ella hacía el elevador, me apresure abrir la puerta, entro y la recostó en el sillón, ya era demasiado cargarla hasta acá, como para pedirle que la llevará hasta su cuarto.

— Gracias — caminamos juntos hacia la entrada.

— No es nada, ¿Segura que estás bien?

— Más que bien, necesitaba decirle todo lo tenía atrancado aquí — señale el lado izquierdo de mi pecho.

— Me alegro que pudiste hacerlo — acaricio mi mejilla, los dos sonreímos, escuchamos el claxon de un auto a lo lejos, reímos al unisono — tengo que irme, si no me dejara acá.

Nos despedimos ví por último como entro al elevador, al cerrarse las puerta, entre cerrando la puerta detrás de mi, arrope a Sharon con una pequeña cobija y me fui a mi cuarto, hice mi rutina de noche, me acomode con la intención de dormir, pero el recuerdo de mi plática con Jesús apareció.

¿Que sucederá ahora? ¿Cómo habrá tomado todo lo que le dije? No debería importarme pero aún lo sigo amando.

El sonido de mi teléfono me hizo borrar esos pensamientos de mi cabeza, mire y era un mensaje.

Haret, sonreí al ver que era un mensaje de él.

Descansa bonita,
no te sigas atormentando
con lo que pasó hoy,
siempre estaré para tí.

Dulces sueños.

No lo haré más,
igual, descansa, gracias
Haret, muchas gracias de verdad ✨

Dulces sueños.



— Hay Haret, que haría sin ti.

Deje mi teléfono sobre el buró, me arrope con mi frasada y en cuestion de segundos caí en los brazos de Morfeo.
















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𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐒𝐭𝐚𝐫𝐭 𝐍𝐨𝐰 || 𝑱𝒆𝒔𝒖𝒔 𝒂́𝒏𝒈𝒖𝒍𝒐 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora