Parte 32

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Capítulo 32

Su beso me sacó de lugar y tuve que resistirme y empujarla suavemente para que me dejara en paz antes de que me arrancara el alma. Sus mejillas estaban ruborizadas y sus ojos demostraban tal pánico y confusión, que ninguna de las dos supo qué decir para aliviar la tensión del momento.

—Eso... ¿por qué fue?

—No... no estoy segura —balbuceó.

Decidí ignorarlo sólo por un momento, pero de repente, sentí algo raro creciendo dentro de mi cabeza. Una emoción desbordante como la adrenalina y después, algo seguido por la vergüenza. No tuve que ser un genio para darme cuenta de que Cinder y yo estábamos compartiendo una débil conexión mental, similar a la que teníamos Envy y yo. ¿Sería acaso por ese beso?

Sea como fuere, el beso también hizo otra cosa: que las cadenas que unían a Cinder empezaran a desintegrarse con un crepitar que me recordó a la madera quemándose en una fogata.

—¿Qué sucede? —Pregunté.

—El beso —dijo Cinder—. Tú insertaste tu poder en mí, y eso desestabilizó la conexión que tengo con Suspiria.

Había leído algo sobre eso en las clases de la profesora Hallewel: si un arma sirviente y su dunkel ya habían hecho un ritual de sumisión, pero no era muy fuerte, una energía externa podía hacerla tambalear. Eso era lo que había sucedido con el beso. Mis poderes, mi esencia, había entrado en Cinder y eso había causado que las cadenas que la unían a Suspiria y por ende, al demonio, empezaran a debilitarse.

Y es era lo que tenía que hacer. No contaba con mucho tiempo. Así pues, y sin poder hacer algo más, volví a lanzarme contra Cinder, la sujeté por las mejillas y le di un beso apasionado en los labios. un beso a toda regla que la dejó confundida. Moví mi lengua, tratando de hacerla entrar en su boca. Ella se resistió pero poco después, aceptó mi jugueteo y comenzamos a comernos los labios como si no hubiera un mañana. Yo quería que sólo llegáramos hasta eso, pero de repente, la sinverguensa aprovechó que yo estaba desnuda, y sus dedos rozaron mi coño, que dicho sea de paso, empezó a mojarse.

—Un momento —dije separándome de ella—. Estoy en forma espiritual, ¿por qué me estoy mojando?

—¿Qué importa? —Dijo Cinder y volvió a besarme, sólo que esta vez, explorando mis mieles con los dedos y metiéndomelos en la boca para que los saboreara.

He de decir que comerme mis propios juguitos era una costumbre mía. ¿Qué mujer no lo ha hecho alguna vez? Turbio ¿puede ser?

No tardó mucho en suceder lo que yo tanto esperaba. A medida que Cinder y sus dedos me presionaban el pequeño clítoris, las cadenas se fueron rompiendo hasta que explotaron en un estallido de energía. Entonces, el mundo que nos rodeaba se rompió como el cristal y me separé de ella justo cuando todo hacía una tremenda y poderosa explosión.

***

Perdí el conocimiento durante un rato. Durante ese tiempo, no supe cómo despertar. Estaba sumergida en un sueño donde no veía nada más que un cielo oscuro y una luna llena muy brillante resplandeciendo encima de mi cabeza. Yo estaba acostada, flotando sobre un océano en calma.

Y seguía desnuda, como de costumbre.

¿Estaba muerta? ¿Tal vez la explosión se había llevado mi alma y ahora no era más que un cúmulo de recuerdos abstractos que pronto desaparecerían?

Empecé a creer que había fallado en mi misión de rescatar a Cinder. Pensar en ella hizo que me ruborizara. Era como si todavía pudiera sentir sus dedos hundiéndose en mi pequeña vagina rebosante de traicioneras mieles. Me sentía infiel con respecto a Envy y eso... uf, eso no era bueno.

[Terminado ]Lujuria Demoniaca [Lésbico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora