[Terminado ]Lujuria Demoniaca [Lésbico]

Parte 20

hola! les dejo cap :3

Capítulo 20

Athos Solar era una esfera de fuego tan grande que bien podría caber mi casa entera y sobraría espacio en su interior. Aunque en teoría estaba aislada del resto del mundo, el choque entre las energías de Ralia y Karim era tal, que lograba sentirla sobre mi piel.

—¿No hay alguna forma de entrar? —Pregunté a Jenna, la madre de Pandora.

Ella me vio y negó con un gesto de preocupación.

—Lo único que nos queda ahora, es esperar —sentenció Booker, su esposo—. Fuera de eso, lo siento.

—Pero...

—¡Ey! —Exclamó Meredy—. ¡Miren eso!

Marcó un punto en el horizonte y todos volteamos en esa dirección. Una parvada de monstruos alados se acercaba al hotel. ¡Eran decenas de ellos!

—¿Por qué están aquí? —Quiso saber Pandora.

Conseguimos nuestra respuesta de inmediato. Al frente de aquella formación arribaba otro demonio de gran poder. Uno con el que habíamos combatido antes: Darren Dread. Era el mismo que nos había atacado antes, el que había intentado llevarse a Cinder.

—Debemos pararlos antes de que lleguen al resort y asesinen a todos —dijo Jenna—. ¡Andando! ¡Booker y yo nos ocupamos del grande!

Los esposos fueron los primeros en salir al encuentro contra Darren. Ni Pandora ni yo hicimos por detenerlos porque el estaban más allá de nuestro poder. Sería una muerte segura.

—Confía en tu mamá —dijo Pandora—. Protejamos a los demás. Ese es nuestro trabajo como guerreras dunkel.

—Sí, pero yo no me he graduado.

Pandora me echó una mirada asesina y voló hacia la parvada infernal. Yo miré el pomo de Rhapsody y luego, al Athos Solar que encerraba a mi madre. Entendí que no había nada que pudiera hacer mientras tanto, y aunque el odio y la frustración estaban creciendo en mí, supe lo que tenía que hacer: pelear y proteger a los inocentes.

Alcancé a Pandora, que ya se había protegido con su armadura al rojo vivo. Los demonios voladores la cercaban y trataban de herirla, pero ella estaba bien resguardada y las serpientes que salían de su espalda atrapaban a los enemigos y los liquidaban con fluidos movimientos.

—¿Estás preparada, Envy?

Adelante, ama.

Me sonrojé al escuchar que me llamaba por ese nombre. Apreté la empuñadura de Rhapsody y le hice frente a la primera criatura que vino hacia mí. Le volé la cabeza con un solo tajo y después ensarté a otra. Solté una mano para disparar un rayo de energía y tiré al enemigo que tenía en mi espada contra otro de sus compañeros.

Una criatura se me acercó por la derecha y sujetó mi brazo. Trató de arrastrarme al interior de la parvada para que sus aliados me hicieran trizas. Por fortuna, reaccioné a tiempo y usé a Rhapsody para cortarle las garras y liberarme. Su sangre salpicó en mi vestido. En cuando se volvió, le clavé la espada en el pecho y la hundí hasta la empuñadura. Sentí como el arma perforaba sus músculos y salía por el otro lado.

—¡Cuidado, Leora! —Gritó Pandora.

Un demonio más grande que los demás sacudió un enorme martillo contra mí. Sin poder retirarme, interpuse un brazo para que la placa que me protegía desviase el golpe. Sentí como si se me hubiera partido el hueso. Grité y blandí a Rhapsody contra él. Uno de los tres sellos se encendió y disparó una ráfaga de aura contra su pecho. El demonio del martillo retrocedió y volvió al ataque. Pandora se colocó tras él antes de que me alcanzará y una de sus serpientes lo sujetó de la pierna.