Capitulo 18: El peso del pasado.

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Era casi medio día... Pero la luz del sol no entraba a la lúgubre habitación, ni siquiera un rayo que le dijera si era de día o de noche.

Sus ojeras enmarcaban los ojos ónix, su mirada perdida en la nada, botellas de alcohol tiradas por todas partes, sumergido en la oscuridad de su habitación, estaba al borde de la locura...

Una pelirroja observaba desde una pequeña abertura de la puerta, y no podía sentir nada más que lástima, así que volvió a cerrar la puerta con lentitud.

Sasuke no había dormido ni comido bien estos últimos días, y era comprensible...

Su familia fue asesinada por su hermano mayor.

Y ella estaba segura de ello, sabía hasta donde sería capaz de llegar Itachi con tal de tener a su hermano a su merced.

Sus tacones decididos retumbaron por las escaleras mientras bajaba al recibidor.

—¿Karin? Reconozco esa mirada — entre cerró los ojos —¿Qué planeas? — la recibió Sui al terminar escalera abajo.

—No puedo permitir que Sasuke termine así, iré a buscar lo único que puede ser su cura — dió largas zancadas pasando de lado al peli-blanco.

—¡Oye, espera! — se giró hacia ella —no puedes ser imprudente, la situación ya es complicada.

Las palabras de Sui retumbaron en su cabeza haciéndola detener sus pasos dándole la espalda. —Es cierto que Sasuke no es mi persona favorita, también es cierto que es un maldito desgraciado... Pero — su voz tembló —no se merece todo lo que está pasando.

Ella sabía bien lo que se sentía perder todo, si alguien podía entender el dolor de Sasuke, era ella, incluso sus ojos se cristalizaron cuando recordó vagamente como su padre asesinó a su madre embarazada.

—Ka-rin... —  lo comprendió cuando vio el frágil cuerpo de su chica temblar, se acercó a ella por la espalda y colocó sus amplias manos en los pequeños hombros, eso la tranquilizó.

Suigetsu no dijo más nada para detenerla, bajó la mirada sintiendo lástima por el Uchiha. —¿Qué planeas hacer?

—Voy a traerla a ella, de todas formas necesita ayuda médica — sus ojos rojizos brillaron con determinación y sus pasos continuaron firmes a la salida.

—¡Karin, espera! ¡Voy contigo! — maldijo el temperamento de su chica, y sabía que era una locura, pero no la dejaría sola en esto.

[...]

—¿Y bien? Mi teniente Haruno. ¿Ya va a responder o vuelvo a preguntar?

Mordió su lengua, nerviosa le sostuvo la mirada a los ojos negros que resaltaban por su pálida piel.

—Tenía asuntos pendientes con el recluta en cuestión, mi teniente Sai.

—No está permitido vagar por los pasillos de los dormitorios, y menos si se trata de una chica.

Sí, en efecto los militares eran machistas de primera, y sí, ese era otro de sus grandes problemas en su trayectoria como militar...

Sai y su capitán Danzo.

Ambos le habían hecho miserable su estancia en el cuartel, el nivel de rencor que manejaba hacia Tsunade ese capitán sin ascenso era incalculable.

Contuvo un suspiro, esa lagartija transparente era su superior por una línea más en sus hombreras. Y claro, hubo palanca de por medio para obtener tal ascenso.

—Es bueno en su área, mi tte. Ahora sé porqué pertenece a espionaje. Dígame ¿Cuándo va a dejar de espíarme a mí? 

El inexpresivo rostro de Sai no le ha dado respuesta, pero sus labios se abrieron para decirlo con toda honestidad. —Cuando usted decida desertar de la milicia. Entonces dejaré de perseguirla. Esa es mi misión aquí.

Esclavo del amor [Secuela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora