Capítulo 2: La Teniente a cargo

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—¡Mi teniente Haruno! ¡Hay una urgencia! Hombre herido de bala.

Una peli-rosa corría por los pasillos del hospital mientras su bata blanca se elevaba, llegó a la sala de urgencias agitada.

—Díganme los detalles — ordenó mientras comenzaba a revisar al paciente.

—Al parecer perforó un pulmón, tenemos un neumo-hemotorax. 

—Ayúdenme a preparar el quirófano entonces — avanzó a paso veloz hacia la salida para prepararse para entrar a cirugía.

—Pero mi tte. Haruno, usted no está autorizada para llevar a cabo una cirugía — respondió el enfermero.

—Mi tte. Hizuno, entonces el paciente va a morir.

Hizuno asintió —prepararé al paciente, confío en usted — se giró hacia el herido y ella salió.

[...]

Sakura salió del quirófano agotada tras varías horas, pero aliviada por haber podido salvar una vida.

Miró el reloj en su muñeca y se percató de que pasaba de su hora de comida, no era nuevo, era mucho más raro que pudiera ir al comedor.

—¿Quién le dio autorización de operar?

Sus ojos verdes se elevaron, uno de sus tantos enemigos que había ganado en la milicia estaba parado frente a ella, con su uniforme blanco de gala impecable.

—Si no lo hacía, habría muer...

—No pregunté eso — sus manos con guantes blancos acomodaron sus anteojos.

Suspiró resignada, sabía que Kabuto no la dejaría en paz y llegaría a los extremos para sancionarla.

—¿De cuantos días será mi arresto?

El Tte.* Yakushi colocó su boina a un costado de su cadera y la sostuvo con su brazo mientras se ponía firme.

—Según el código de ética expuesto en el apartado 16 no. 20; una intervención quirúrgica no segura se debe penalizar. Así que no será un arresto — se giró y la miró con el rabo del ojo —debe presentarse en la oficina del capitán a cargo en cuanto antes — avanzó hasta perderse en el pasillo del hospital militar.

Sakura frotó su cara hasta llegar hundir sus delgados dedos en su cabello rosa, ya no toleraba más ese infierno, moría por recibir su acta de titulación y un rango más alto, estar como pre-interna no la dejaba desglosarse en el ámbito hospitalario como ella quería.

Sus pasos resonaron por el pasillo solitario, sus choclos blancos parecían pesar al levantar sus pies, pues claro, iría a ver a al capitán a cargo de su pre-internado en el hospital militar, otro hombre antipático como la mayoría en la milicia.

Subió por las escaleras tres pisos arriba, no tenía permiso de utilizar el elevador debido a que su rango en el hospital no tenía peso hasta que tuviera el título universitario.

Llegó a las oficinas de los directivos del hospital, se detuvo ante la puerta azul marino y tocó, la voz demandante del interior le dio pase.

Sakura entró y dió una reverencia impecable —Mi señor.

—Se me envió el reporte de que coordinó una cirugía sin autorización ni supervisión del médico de guardia.

—Así es, mi capitán — miró con firmeza al hombre sentado tras el escritorio.

—Tte. Haruno, sé que sus intenciones no fueron malas, sin embargo, hay un protocolo de seguridad que seguir, si yo me permito dejar pasar por alto esto, daré carta abierta para que otros utilicen esto a su favor y las reglas sean violadas — entrelazó los dedos y posó sus codos sobre el escritorio —sí se descubre que una pasante realizó la cirugía, podrían demandar. Ya debe saber lo complicado que es eso.

Esclavo del amor [Secuela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora