-¿Piensas quedarte la noche?
Hinata dejó el saco y el teléfono de Tobio en su mesita de noche, mientras que el pelinegro se hundía cada vez más en el sofá de la mini-sala. Desde su lugar, miraba a Kageyama con preocupación. Se veía realmente afectado.
No le gustaba verlo así.
-No... supongo que volveré - murmuró Tobio -. Tal vez debí recordárselo...
-Bueno, por lo que me cuentas, te tomó de sorpresa. Aparte, hablamos de él...
La mano de Hinata de posó sobre la espalda de Kageyama, haciendo pequeños círculos con su palma que funcionaban como consuelo. Había cariño en aquel toque y a Kageyama le dolía eso ya sea de forma inconsciente o no.
-Estoy cansado Hinata, cada día que pasa lo veo menos - se cubrió la cara con ambas manos, consternado -. Ya no parecemos coincidir en nada, siento como si se estuviera alejando y yo no pudiera hacer nada.
La verdad es que Hinata ya venía escuchando cosas así desde que Tobio agarró el primer vuelo hacia su casa en pleno viaje de negocios. No había necesidad de explicar lo cansado que también estaba de escuchar siempre lo mismo, ya que en todas las oportunidades Kageyama seguía llegando a la misma conclusión: debería renunciar.
Y todas las veces uno de los dos terminaba llorando.
-Kageyama, realmente ¿tú también no tienes la culpa? - empezó a decir -Te alejaste y lo sabes bien.
Y es que en el interior quiso decir "¿Nosotros también no tenemos la culpa?
-Sí - admitió -. Pero aun lo sigo amando, nunca amaré a nadie como lo amo a él...
Tobio se arrepintió de haberlo dicho tan a la ligera ya que los ojos de Hinata se cristalizaron Aquella ojos naranjas se desviaron hacia el suelo dolidos. Era prácticamente igual como si le hubieran tirado una cachetada y el pelinegro lo sabía bien.
-Eso lo sé - murmuró Hinata, levantándose de golpe -. Eres un tremendo idiota, déjame decirte.
-Solo dije la verdad - dijo el otro sin poder mirarle a la cara-. Hinata, creo que debemos....
-Lárgate de mi casa Kageyama- demandó antes de que si quiera el otro termine de hablar- Iré a tomar un baño, quiero salir y que no estés aquí.
El pelinaranja en el interior sabía que iba a decir el otro y simplemente no lo iba a permitir. No ahora. No cuando sentía que había pasado mucho como para retroceder.
Kageyama intentó tomarlo de la muñeca pero Hinata fue más rápido y de fue a encerrar en el baño. No se escuchó ninguno sonido hasta que el pelinaranja abrió la llave de la regadera.
Tobio no se fue de ahí. Se quedó sentando en el sillón, con la vista perdida en la nada y el corazón hecho trizas. Apretó los dientes frustrado, no servía para nada más que causar dolor.
Al menos intentaría hablar con Hinata antes de irse. Ya no podía más con sus emociones y si era necesario abandonar todo para empezar nuevamente con Yamaguchi... lo intentaría.
Lo amaba. Lo amaba. Lo amaba.
Sin embargo estaba aquella terrible espina en su corazón que le recordaba por quien hasta ahora no había renunciado. Por quien había llorado al verle sufrir y a quien abrazó tantas noches que ya hasta había perdido la cuenta.
Tenía miedo de lo que podía sentir, de permitirse si quiera pensar en dejar a quien le acompañó tantos años. Sabía que se arrepentiría toda su vida si lo hacía y jamás se perdonaría, pero más le dolía si quiera considerarlo como una opción ya que sí lo hacía y se odiaba por eso.
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Infiel [Haikyuu]
RomanceYamaguchi ha conocido a su pareja desde que son niños. Siempre han compartido todo con el otro, incluso sus corazones. Se han amado por años, y se esperaba que aquello no cambiase. Sin embargo ¿por qué regresó con un holor diferente? ¿Por qué a empe...