Capítulo 8- Las Cosas Que No Se Dijeron

2K 254 38
                                    

-Entonces ¿nos mudaremos juntos? - susurró Yamaguchi con esperanza.

-Exacto, amor - respondió Tobio con ternura.

Ambos chicos soltaron una risa nerviosa. Estaban desnudo en la cama del menor, aún acurrucados y dejando leves toques en la piel del otro. Era un momento mágico.

-¿Sabes que te amo? - murmuró Kageyana admirando a su pareja.

-Lo dices a cada rato - sonrió -. Y sí, yo también te amo.

-Una vez podamos ser independientes, te haré el hombre más feliz del universo.

-No lo dudo ni un poco.

Yamaguchi se sintió en el paraíso, luego de la tormenta que había vivido, estar con su pareja y lograr crear más hermosos recuerdos con él era lo único que quería.

- Pensé que te iba a perder - dijo de golpe kageyana -. ¿Qué es lo que se supone que iba a hacer sin ti?

-Pero estoy aquí - replicó el pecoso formando una mueca por el repentino tema -. Ya estoy bien.

- Yamaguchi, prométeme que nunca te iras de mi lado.

-....

Yamaguchi tuvo que darse un tiempo antes de responder. Claro que quería quedarse para siempre al lado de su amado, pero por alguna razón esa promesa se oía tan irreal que no pudo evitar sentirse mal.

-¿No lo harás?

-Lo prometo.

Y lo besó dispuesto a volver a hacer el amor.

-¿Yamaguchi? - cuestionó un irritado Tsukishima - ¿En qué piensas? La fila anda avanzando y tu solo te quedas mirando la nada.

-No, yo... - suspiró, sacudiendo su cabeza para volver a realidad -. Andaba pensando.

-¿Estabas pensando en alguien más aún cuando yo te he traído a este lugar para que hagas exactamente lo contrario? - cuestiono el rubio a la vez que lo tomaba del brazo para hacerlo avanzar.

-Suena peor ahora que lo dices en voz alta....

-¿Recién te das cuenta?

-Bueno, tampoco pareces de las personas que vendrían a ver este tipo de películas- dijo Yamaguchi de golpe en un intento por cambiar de tema

-Pero tú si pareces alguien que vendría a verla - replicó el otro - ¿O me equivoco?

-No...

Yamaguchi se quizo pegar. Tsukishima tenía razón, en aquel momento no debía pensar en nada más que en el simple hecho de estar ahí con él y aquello era lo más importante.

Dolia, pero ni si quiera Tobio debía invadir de nuevo sus pensamientos, solo debía pensar en aquel que ahora intentaba levantarle los ánimos.

¿Qué ganaba recordando momentos que nunca más regresarían? Era hora de crear nuevos, por más que no sean con Kageyama Tobio y que aquello lo dejara consternado. Era extraño, más no imposible.

-Vamos.

Yamaguchi asintió, no sin antes agarrar su teléfono y ponerlo en modo silencio. Una parte de él no quería hacer eso por si esa persona llamaba, pero su determinación a pasarla bien era más fuerte que cualquier otra cosa en ese momento. Ya nada lo iba a poder perturbar en las próximas dos horas y media.

(....)

-Contesta, maldición - murmuró Kageyama con frustración- ¿Dónde se habrá metido?

-¿De quién estás hablando? No has soltado ese celular desde hace como media hora - dijo Hinata en un tono burlón -. A este paso, le explotaras el teléfono a esa persona.

-Métete en tus asuntos, boke - suspiró cansado de tanta inasistencia.

-Lo que diga el jefe.

Kageyama tomó aire en un intento por relajarse, aquel "jefe" tenía más burla que respeto y aquello lo fastidiaba. Algún día la paciencia se le iba a terminar y le jalaria los pelos a la mandarina andante que tenía a su lado. No se iba a arrepentir.

- La cena es dentro de media hora ¿Te levantas de tu silla y nos vamos yendo o quieres que cancele para que sigas intentando llamar a alguien que no quiere que sigas marcando?

Hinata hizo una mueca cuando vio una sombra comerse el rostro de Kageyama ¿había dicho demasiado?

-No te enfades, pero si no te contesta es por algo.

-Nunca había hecho esto.

-Hay una primera vez para todo.

Hinata se acerco a Kageyama y con cuidado le dio una palmadas en su cabeza. No sabía cómo podía reaccionar el otro, pero se alivió al no sentir su rechazo. Suponía que Tobio estaba demasiado cansado como para defenderse o replicar.

-Yaya, calmate. Una vez termines con los pendientes, puedes marcarle otra vez.

-¿Hoy no...? - cuestionó Kageyama un tanto confundido.

-No. Se nota que tienes algo que hacer, así que no te preocupes.

Kageyama asintió y apartó de golpe la mano osada que seguía haciéndole mimos. Era suficiente amabilidad por hoy.

-Vamos, Shoyo.

Hinata sonrió y le siguió por atrás. Las horas laborales, pronto iban a terminar y aquellos dos aún tenían un almuerzo pendiente que duraría por lo menos dos horas.

Y así, el tiempo, volvió a avanzar.

Infiel [Haikyuu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora