Cerré las puertas detrás de mi y me dirigí hacia las escaleras. Iría a buscar a Eun, que por suerte sabía el número de su departamento, porque desde hace una semana no la veía y quería saber cómo estaba.
—¡Hola, Unnie! —Saludé a Ji-Soo en cuanto la vi salir de su apartamento.
—Hola, cariño. ¿Cómo estás? —contestó dirigiéndose junto a mi hasta los ascensores.
—Bien, ¿Y tú? ¿Vas a salir?Justo cuando iba a responder llegó otra vecina. Era una señora que siempre aparecía con el coche de un bebé, pero vacío, aunque ella en realidad creía que ahí estaba su bebé. Había entendido que tal vez había perdido a su bebé, y no digo de que se lo olvidó en el departamento, sino que murió y capaz ella aún no lo acepta o esa era su forma de afrontar el duelo.
—Buenas, señora. Hola, bonita —saludé primero a ella y luego a su bebé.
—¿Qué tal? Hola, Da-Eun. —Ji-Soo se agachó hasta la altura del coche para “ver a la bebé”.
—Hola, muchachas.Frente nuestro estaba el ascensor y se abrió ya que Ji-Soo lo había llamado con el botón. Estaba por despedirme de ellas, perro decidí subir ya que pues estaba allí...
—Yo solo voy a una planta para abajo —expliqué y volví a hablar cuando llegué a mi destino—. Gracias, nos vemos. —Salí del ascensor.
Busqué el número del apartamento de mi amiga, me planteé frente a la puerta y golpeé.
Casi enseguida se abrió. Un chico estaba frente a mi, me llevaba casi un cabeza y su rostro era completamente serio. Levantó ambas cejas, como invitándome a hablar.
—Buenas, señor —empecé diciendo, a pesar de que no parecía mayor que yo—. Estoy buscando a Eun-Yoo. Soy...
—¿Eres Kim Hana?En cuanto habló, lo reconocí. Era el chico que a veces me cruzaba en el edificio, con lentes redondos y camisas a cuadros.
—Sí, yo...
—¿Así que tú eres la amiga mala influencia de Eun?De repente, él perdió todo su encanto.
—Espere, ¿qué? ¿Mala influencia? ¿Qué le hace creer eso? —respondí ofendida.
—Sí, desde que te conoció su actitud ha empeorado y ahora hasta desaparece sin avisar.
—Disculpe, ¿pero qué le hace creer que eso es mi culpa? Yo no obligo a Eun a nada, además solo fueron pequeños accidentes...
—Mira, Eun no necesita a alguien como tú en su vida, ella... —Me interrumpió.
—¡Pero! ¿Y usted quién se cree qué es para decidir eso por ella?
—Soy su hermano mayor.
—Ah, cierto. ¿Eun-Hyuk? Sí, ya veo que todo lo que me contó Eun de usted es cierto... Es todo un imbécil que se cree su padre. Sí sabe que ella no es una niña pequeña, ¿no? Pues debería dejar de tratarla como una. Y de faltarle el respeto a la gente que no conoce. No sabe nada de mi como para opinar así a la ligera. —Me acerqué a él amenazadoramente.Tal vez luego me arrepentiría de aquello, pero ahora sentía el enojo consumirme y me dejaba llevar.
Yo no iba a quedarme callada asintiendo.—No necesito conocerla para darme cuenta que es la típica hija única, consentida que obtiene todo lo que quiere y si no lo hace, se molesta y que además necesita atención constante. Que tu hagas lo que te nazca y que te dejen porque eres una molestia no es mi problema. Mi hermana si lo es y no dejaré que la lleves por mal camino —hablo seriamente.
—¿¡Qué son todos estos gritos!? —Mi amiga hizo acto de presencia—. ¿Hana? —Lucía sorprendida de verme.
—Hola, Eun. Venía a verte, pero alguien no quiere que esté cerca de ti. —Sonreí falsamente mirando a su hermano.
—¡Hyuk! Por Dios. Ya dejame en paz —se quejó y me tomó de la mano—. Ven, vamos a mi cuarto.
—¡Lee Eun-Yoo! —la regañó su hermano.
—¡Cállate! No te metas más en mi vida —contestó molesta y me arrastró hacia su habitación, luego azotó la puerta detrás nuestro.
ESTÁS LEYENDO
Dulce hogar [𝑳𝒆𝒆 𝑬𝒖𝒏-𝑯𝒚𝒖𝒌]
Fanfiction𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗲𝗹 𝗳𝗶𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗹𝗹𝗲𝗴ó 𝘆 𝗮𝗵𝗼𝗿𝗮 𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗲𝘀𝘁á𝗻 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗶𝗿𝘁𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗲𝗻 𝗺𝗼𝗻𝘀𝘁𝗿𝘂𝗼𝘀 𝚘 𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗞𝗶𝗺 𝗛𝗮𝗻𝗮 𝘃𝗮 𝗮 𝗽𝗮𝘀𝗮𝗿 𝗱𝗼𝘀...