lovely | sanji

dieciséis | gracias

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–Así que de eso se trata. –el jefe se cruzó de brazos y se recargó en el respaldo de la silla. – ¿Qué piensas hacer?

–Dejaré que hablen con ella, no quería aceptarlo al principio pero llegamos a un acuerdo, la dejaremos decidir. –Zeff asintió.

–Serían muy egoístas de no hacerlo. –Sanji suspiró y nervioso se restregó la cara con sus manos. –Mañana cumplen cuatro meses juntos, ¿no es así? –el joven asintió. – ¿Qué planeaste?

–Pensaba invitarla a ir de compras a la ciudad, le gusta estar dando vueltas sólo mirando ropa así que creí que sería un buen plan. –rió casi sin ganas.

– ¿Y no piensas hacerlo o por qué te retractaste? –Sanji negó con la cabeza y se recargó en el respaldo de la silla.

–No es eso, es que no sé qué decisión tomará una vez que sepa la verdad. –evitó la mirada de Zeff. –Era inevitable, tarde o temprano ocurriría, pero no creí que fuera tan pronto.

–Te lo dije, muchacho, pero no te sientas mal, la decisión aún no está tomada. –era rara aquella situación, Zeff nunca era así con Sanji, no le daba palabras de aliento o algo por el estilo. El rubio simplemente agradeció en voz casi inaudible.

–No me siento mal por mí, sino por ella. –Zeff levantó una de sus cejas y dejó que el menor continuara. –No sé las condiciones en las que viven, aunque parecen ser pésimas de acuerdo a lo que dijeron, no quiero que Yuu viva en un lugar así, es una chica muy linda y dulce, no lo merece. –con cierta expresión molesta, Sanji apretó los puños.

–Igual, ¿qué puedes hacer tú? Seguramente no sea la única en esas condiciones, ¿puedes ayudar a todos los que viven igual que ella?

–Los demás no me importan.

–A ti no, pero a ella probablemente sí. No pienses sólo en su bienestar, ella no sólo se preocupa por sí misma y si tiene la misma mentalidad que tenía cuando llegó aquí su decisión no será del todo personal.

– ¿A qué te refieres con eso? –Zeff cerró los ojos un momento.

–No estoy del lado de nadie en este tema, ni siquiera debería estar involucrándome, pero si quieres saber lo que pienso: Yuu no tomará la decisión por ella misma, sino por quiénes la rodean, hazle saber que la apoyarás en lo que sea que decida para que no se sienta presionada, eso podría cambiar muchas cosas.

–Ya veo. –susurró meditando las palabras. –Supongo que no solo sirves para cocinar y gritar. –mencionó con cierto humor, Zeff agachó la cabeza dándole un golpe con su sombrero en la cabeza.

–La plática terminó, mocoso, tengo cosas que hacer y sólo me haces perder el tiempo. –Sanji se sobó el lugar donde lo golpeó pero aún así sonrió.

–Como sea, ni que fueras de ayuda de todos modos. –se levantó y se encaminó a la puerta, la abrió y antes de salir volvió a hablar. –Gracias, viejo. –cerró la puerta saliendo de ahí.

Caminó por todo el pasillo ignorando a sus compañeros cocineros que andaban de aquí para allá metidos en sus asuntos, llegó hasta las escaleras que daban al ático y subió. Tocó la puerta tres veces y espero dos segundos para entrar por fin.

–Yuu-chwan~ –canturreó entrando a la habitación, se extrañó de no verla andar por ahí así que cerró la puerta detrás de él para adentrarse más. – ¿Dónde está?

–Buu~ –en su fallido intento por asustarlo saltó sobre su espalda, Sanji sonrió de lado al verla y se dio la vuelta mirándola de frente.

– ¿Intentabas asustarme con eso? –preguntó burlón, Yuu infló los cachetes y frunció el ceño.