veintiuno | cita

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veintiuno | cita

–Entonces, ¿Yuuki? –ella asintió. –Recordaste tu infancia desde que vivías en el reino, tu adolescencia y crecimiento hasta el día del accidente, ¿algo más? –esta vez negó con la cabeza.

–Algunas cosas vagan por mi mente, pero la mayoría no tienen importancia. –la doctora anotó todo en una libreta.

– ¿Cómo te sientes desde que sabes todo eso? –Yuu bajó la mirada y apretó sus puños fuertemente.

–Tengo ganas de llorar, de golpear algo o a alguien, no puedo más con esto. –Sanji acarició su brazo con ternura.

–Has estado pasando por mucha presión últimamente, será mejor que dejes el trabajo. –ella dio un suspiro. La doctora se giró a mirar a Zeff, este asintió con la cabeza.

–Ahora sabemos el porqué de esas cicatrices y marcas, además del tatuaje. –mencionó el jefe. –Ese tipo te daba buen dinero por hacer sus trabajos, ¿no mencionaste eso? Entonces... ¿por qué el mal estado de tu cuerpo? Tan delgada y...

–Normalmente me la pasaba fuera del Reino, completando trabajos o haciendo misiones –comenzó ella sin levantar la mirada. –, toda mi paga iba directo a dos cosas, darles lo necesario a los niños para vivir en buenas condiciones, y pagar las deudas que tengo con Sell-sama.

– ¿Cuánto dinero te daban por completar una misión? Digamos... ¿un robo? –preguntó la doctora con sigilo, Yuu pensó un poco.

–Dependiendo de la situación, podía variar desde lo más mínimo como cinco mil berries...o llegar hasta los cien mil. –movió las puntas de sus pies incómoda. –Al estar fuera todo el tiempo no tenía para comer adecuadamente, supongo que se debe a eso.

–Has estado muy distante, Yuu-san. –la doctora la tomó de la mano y le dio un pequeño apretón. –Sé la situación por la que estás pasando, y aunque no puedo entenderte quiero ayudarte, ¿qué es lo que más te preocupa?

–No quiero hablar de eso. –Sanji tomó su mano y entrelazó sus dedos, Yuu no correspondió a este acto.

– ¿Es por Midori? –Yuu meditó unos segundos y luego negó con la cabeza.

–Sé que él está bien.

–Entonces... ¿Kai y Ryo...tienen algo que ver? –Yuu apretó los labios y negó con la cabeza.

–Ellos...

– ¿Es porque temes dejar a Sanji-...? –con esas palabras Yuu estalló, se puso de pie al instante y con el puño golpeó la mesa.

– ¡¿A usted qué le importa?! ¡Deje de meterse en la puta vida de los demás! –tras decir esas palabras se quedó en silencio, sus ojos se habían vuelto más oscuros y su expresión no era la de siempre, dándose cuenta de lo que había dicho su mirada y su expresión se ablandó.

–Yuu-san... –susurró la doctora impresionada, Yuu balbuceó pero sin poder decir nada más salió casi corriendo de ahí.

–Mocoso. –llamó Zeff, Sanji agitó la mano y se levantó.

–Ya sé, ya sé. –salió de ahí para ir tras ella.

Fue hasta su habitación pero no logró encontrarla ahí, descartó la cocina y la sala de descanso al instante y subió hacia el único lugar donde podía haber huido. Cuando subió las escaleras y llegó a la azotea la vio ahí, sentada abrazando sus piernas.

Se acercó sigilosamente y se sentó a su lado en silencio, Yuu miraba hacia el mar colgando las piernas por la orilla del techo, Sanji tomó su mano y acarició el dorso con su pulgar.

lovely | sanjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora