DON'T BLAME ME sei mio

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tal vez solo debo dejar de pensar en los demás y ponerme primero a mi.

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Algo raro estaba pasando.

Y no hablo de Draco observándose al espejo para arreglar su pelo o Blaise realizando un extraño movimiento de hombros, torso y brazos mientras explicaba sobre un baile llamado "zamba", algo brasileño.

Me refiero a que pase a lado de un grupo de Leones y ninguno dijo nada feo a mi persona. Ni siquiera Weasley, quién me la tenía jurada por el problema con su hermana, tal vez teme que se despierte en medio del lago en calzones como sus hermanos en venganza.

Había pasado poco menos de una semana desde aquel divertido suceso.

Este día se celebraba el 14 de febrero, día del amor, por lo que era bastante frecuente encontrarse con parejas tomadas de las manos o personas atrapadas bajo un muérdago, era algo incómodo de ver, sobre todo cuando se besaban como si no hubiera mañana.

—¡Ah! —suspiró Daphne mientras miraba a una pareja tomados de la mano— Quisiera ser algún día...

Pansy le lanzó una mirada divertida.

—Me gustaría que no perturbaran mis ojos —Millicent parecía de mal humor.

Las clases habían concluido y Pansy me invitó a estar con las chicas del grado en el patio para convivir.

—Se ven tan enamorados —Pansy sonrió enormemente—; terminarán algún día.

Nos reímos ante el comentario de ella.

—¿No quieres ese futuro con Malfoy? —Daphne la codeó, moviendo las cejas.

—¿Y tú con Gilbert? —Le devolvió Pansy de forma burlona.

Alce ambas cejas, sorprendida y miré a la rubia.

—¿Te gusta Gilbert?

Daphne se puso roja. —¡N-no!

—Pues no parece —dije, aun sorprendida.

Pansy carcajeo.—Daphne tiene un amor platónico en Gilbert, pero él ni la topa.

La rubia la mató con la mirada. —Me gustaría creer que aun no estoy en su radar.

—Claro, y tiene un plan de cinco años para eso —añadió Millicent de forma distraída.

Daphne se quejó.

Vaya,

No sé cómo sentirme. Es extraño saber que a alguien le gusta mi primo.

Osea, es Gilbert.

—¿Y por qué? —No pude evitar preguntar, con claro desconcierto.

Pansy alargó una carcajada y Daphne se puso más roja. Millicent sonrió, dando una divertida mirada a su amiga.

—Es lindo —murmuró Daphne abochornada.

—El calamar gigante es lindo —dije, aun sin entender— y es un calamar decente.

Pansy parecía convulsionar de risa.

—¡Mia! —Daphne se quejó. Inspiró profundamente— Es que... es lindo e inteligente.

—Es Gilbert —dije—, es como Pansy y su gusto por Draco.

Pansy detuvo la risa. —Eh, a mi no me metas.