Esta era la casa de las historias
El puerto de nuestros intocables viajes
A lugares que el tiempo ha perdido
Y quedo el no deseado destino
Ese pasado que ahora se nos ha ido
En esta, nuestra última visita
El olor dulce cambió al incienso
Sus retratos se tiñeron de nostalgia
Descansando en tallados marcos negros
Me parece una escena ya conocida
Parase que, de sus relatos, fue uno
El que les alcanzó desde el inicio
Al arribar para el ultimo adiós
Como recuerdo en sus viejas palabras
Por silencio y de almas alaridos
Fuimos recibidos en nuestra llegada
La historia, si la memoria no falla
A lenguas de fuego su origen debía
Que nacieron al sucumbir una aldea
Y esas mismas lenguas se consumieron
Con sus almas llevadas por el incienso
Conmigo contándote esta historia
Haré que renazcan sus lenguas de fuego
Así como ocurrió con esa aldea
Renacida de cenizas por su boca
Era la época de lluvias y cosechas
De incendios que traían verdes frutos
Y de sacrificios por los buenos tiempos
Ese, un pequeño poblado tan cercano,
Al fruto de la tierra y el olvido
Fue devorada por el fuego que debía
Permitirles otro ciclo de ofrendas
Las voces cuentan que fueron siete almas
Las llevadas por dioses al nuevo mundo
De ellos nacieron las nuevas ciudades
Y en sus muros se grabó la espera
Menos uno, del regreso de sus dioses
Murió en el viejo mundo, y de este,
Nació esta y otras lenguas de fuego,
Unas mencionan que tenía un jaguar,
De manchas negras que guardaban almas
Vituperación u olvido de ellas
Un desacuerdo de su última fecha
Del jaguar, sus manchas hicieron la noche
Al par, este y el dios solo danzaron
Entre los árboles, la vida y un rio
Discreparon los caminos de las lenguas
Un desacuerdo en la compañía del dios
Si fue la noche la que al jaguar tragó
O este en colibríes se convirtió
Prendieron sus llamas diferentes lenguas
Tantos tonos, como los de ese ocaso
No se sabe si de aquel dios, su piel
Era como el barro, quizá de maíz
Pero de esta saldría otro mundo
Las lenguas sus tonos volvieron a cambiar
En la luna un conejo, y en el rio
El reflejo de todas, menos su cara
Tampoco le seguían los colibríes
Con ella y el ocaso de la luna
Iba una emplumada serpiente
Que en el brillo de sus verdes escamas
De la noche se tragaba las estrellas
Cuentan las lenguas, que el dios en la costa,
Ahí donde va y desemboca el rio
Donde cayó el astro color plata
Se perdió sin la promesa de su vuelta
Así como él, se extinguieron sus lenguas
Y con su memoria encenderé otras
Al volver a contar sus muchas leyendas
Max Marín
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Prunus Serrulata
ŞiirTe invito a leer poesía sobre ¿Leyendas, desamor, abandono? Descubrelo. La imagen del mapa pertenece a Sabine Réthoré https://es.ulule.com/americas/