𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐇𝐎𝐑 | Ginny Weasley

↷Capítulo once

—¡Déjame ir, maldita!— Ginger dijo mientras trataba de soltarse del agarre de Pansy, siendo tirada duramente por los pasillos, —¡Te haré un villano en mis libros, solo a ti!—

—Honrada.— Pansy dijo poniendo los ojos en blanco, agarrando los antebrazos de Ginger con más fuerza, haciendo que la chica más alta gritara.

—¡Tú lo dejaste ir!— Ginny gritó desde donde Draco tiró de ella por el pasillo, solo unos metros hacia atrás, —¡Estúpido idiota!—

—¡Sí, idiota estúpido!— Ginger imitó las palabras de Ginny, el par más cerca cuando fueron empujados con fuerza a la oficina de Umbridge donde Luna estaba siendo sostenida por Blaise mientras otros estudiantes agarraban a Harry, Hermione y Ron. Goyle abrazó a Neville con fuerza, su rostro casi morado.

—Atrapé a esta tratando de ayudar a la chica Gwang—. Draco dijo mientras empujaba a Ginny poco después de que Pansy tirara a Ginger a la habitación con fuerza, —Un poco demasiado cerca para estar cómodo, diría.—

—Quítate, tabla del armario.— Ginger le espetó, tratando de liberar sus brazos mientras Pansy solo los apretaba. Ginger era alta y tenía fuerza en las piernas, pero sus brazos estaban bastante débiles y no acudieron mucho a su rescate. Umbridge tarareó antes de inclinarse sobre Harry.

—Ibas donde Dumbledore, ¿no?— ella se burló de él en un sentido consciente, una mirada dulce en su rostro que tenía intenciones frías y malvadas detrás.

—No.— Dijo Harry, ganándose una bofetada en la cara cuando Ginger jadeó.

—¡Escribiré sobre tus pies de troll en mi libro!— Ginger le gritó mientras la mujer miraba en su dirección, —Sé real en detalle, compáralos con un frasco repugnante, horrible, una escoria digna de náuseas, repugnante, tal como eres!—

Todos en la habitación parecían casi en shock por las palabras de Ginger, no se esperaba tanta falta de respeto por parte de ella hacia todas las personas. Umbridge solo soltó un zumbido antes de mirar a Harry de nuevo.

—Estas que ardes.— Ginny le dijo a Ginger mientras la chica le sonreía.

—Me mandaste a buscar.— La voz de Snape resonó en las paredes de piedra cuando Umbridge se paró rápidamente ante su presencia.

—Snape, sí.— dijo, mirándolo con una sonrisa, —Ha llegado el momento de las respuestas si él quiere dármelas o no. ¿Has traído el Veritaserum?—

—Me temo que lo has gastado todo interrogando a los demás estudiantes. Lo último en la señorita Chang—. Dijo Snape mientras Ginger sonreía contenta, sintiendo finalmente como si el peso sobre su hombro se hubiera levantado un poco.

—Te dije que ella no lo hizo.— Ginger dijo con un guiño hacia Luna, Pansy le tapó la boca con la mano.

—A menos que desee envenenarlo, y le aseguro que tendría la mayor simpatía si lo hiciera, no puedo ayudarla—. Dijo Snape, sus cejas más oscuras se alzaron de una manera cómplice hacia Umbridge, quien parecía a pocos segundos de exponerse con pura ira y molestia. 

—¡Tiene Canuto!— Harry gritó justo cuando Snape estaba a unos momentos de irse, el hombre del abrigo oscuro se detuvo ante las palabras, —Tiene a Canuto en el lugar donde está escondido—.

Ginger miró a Hermione, quien le dio una mirada de complicidad. 

—¿Canuto? ¿Qué es Canuto? ¿Dónde está escondido? ¿De qué está hablando, Snape?— Umbridge exigió una respuesta, sin molestarse en tomar un respiro y recordar lo que había estado diciendo. Snape se dio la vuelta lentamente, mirando a Harry por un momento antes de suspirar.