EDITANDO Harry Potter Smuts (TRADUCIDO)

Días solitarios en el número 12 de Grimmauld Place (Sirius)

Sirius X  Lectora

Sé que Sirius solo tenía tatuajes en las películas, pero imagina reservar a Sirius con esos tatuajes y dime que eso no está bien.

"¿Sirius?" Grité, entrando por la puerta con cuidado.

No obtuve respuesta.

"Traje comestibles", dije, dejando las bolsas en el suelo.

"¡Suciedad! ¡Sangre sucia! ¡Escoria!"

"¡Esmerejón!" Exclamé, saltando hacia atrás. "Estúpido retrato".

Escuché los pasos atronadores de Sirius mientras bajaba las escaleras.

"Vete a la mierda", se quejó, tirando de las cortinas sobre el retrato de su madre.

"Lo siento, Sirius. Me olvidé de ella," dije tímidamente.

"Estás bien. Aquí, déjame ayudarte", dijo y tomó algunas de las bolsas del suelo.

"Gracias", le dije y lo seguí.

"No hay problema. Gracias por hacer las compras. Y lo siento por mi madre. Intenté quitarle el retrato pero no se movió. Creo que le puso un encanto", dijo.

"Está bien. Estoy acostumbrado a escucharlo."

"No deberías estarlo", dijo, sus ojos fijos en los míos.

"Bueno, no importa. Sin embargo, necesitas un poco de carne en tus huesos", le dije, entrecerrando los ojos. "Voy a cocinar algo para ti."

"Puedo cocinar para mí", dijo, poniendo algunas cosas en su despensa.

"Puedes, pero no lo harás. Lo juro, Sirius, estás tratando de suicidarte."

"A veces lo olvido", dijo.

"Bueno, no me importa cocinar para ti."

"Lo aprecio."

Cogí algunos ingredientes del frigorífico.

"Puedo ayudarte", dijo.

"Será mejor que lo hagas," bromeé.

"Sabes, realmente aprecio que vengas aquí tan a menudo. Se vuelve solitario", dijo en voz baja, arremangándose.

"Entiendo cómo es. Siento no poder estar más aquí".

"¿Qué quieres decir?"

"No lo sé. A veces me siento solo, rodeado de gente, pero ya basta de eso", dije, frotando mis manos en mis pantalones.

"¿Quieres cortar unos tomates?"Sirius cortó el tomate en silencio, concentrándose en sus manos.

Su cabello cayó sobre su rostro y levanté la mano y lo recogí en un moño bajo, sonriéndole cuando me miró.Se aclaró un poco la garganta y dejó el cuchillo.

"Ya terminaron", anunció y se enjuagó las manos.

"Gracias", intervino y agarré la tabla de cortar.

"¿Quieres un corte de pelo? Te estás poniendo un poco peludo".

"¿Podrías hacer eso?" Preguntó, sus ojos se abrieron como platos.

"Puedo hacer casi cualquier cosa. Puede que no sea genial, pero estoy seguro de que será más cómodo".

"No me importa cómo se vea. No es como si tuviera a nadie a quien impresionar", dijo, recostándose en la encimera.