𝕸𝖊𝖉𝖎𝖆𝖓𝖔𝖈𝖍𝖊

𝕬𝖓𝖙𝖊𝖘 𝖉𝖊 𝕸𝖊𝖉𝖎𝖆𝖓𝖔𝖈𝖍𝖊

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El vasto silencio del bosque y el frío que se colaba por la piel en esa noche de brujas, hacía que constantes escalofríos recorrieran el cuerpo del pequeño muchacho.

- ¿Por qué de todas las noches, debía ser justamente esta? - decía el joven pelirrojo mientras abrazaba una ballesta.

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El joven se llamaba Reki, era un huérfano que había sido adoptado por el sacerdote Kaoru.

Kaoru no era un simple sacerdote, en el pueblo era más conocido como "Cherry el cazademonios" y su iglesia, era mas un instituto de entrenamiento para exorcistas y cazadores.
Un día de solsticio de verano, diecisiete años atrás, Kaoru encontró a un bebé apuntó de ser atacado por un vampiro, derrotó al vampiro y salvó a la pequeña criatura, era un pequeño bebé pelirrojo con una sonrisa tan cálida cómo el mismo sol, no pudo dejarlo y decidió criarlo.

Al ser el hijo adoptivo del gran cazador de demonios, todo el mundo esperaba que el chico fuera igual de talentoso que Kaoru, pero al contrario de lo que creía la gente, Reki era muy miedoso y no tenía talento cómo cazador, su personalidad era alegre y extrovertida pero cambiaba a un ser inofensivo y débil cuándo se trataba de algo paranormal o relacionado a algún demonio o vampiro.

- ¡Cherry! ¿De verdad tengo que practicar? Sabes que mi puntería es horrible y jamás podría hacerle frente a alguna criatura - dijo Reki mientras se cubría con sus sábanas.

- Es por tu propio bien Reki, sabes que estamos propensos a los ataques de los enemigos, y no siempre podré protegerte - le dijo Kaoru mientras lo destapaba - Ahora vamos que Miya nos está esperando.

- Miya es el talentoso de la familia, podrías enseñarle a él y yo abro mi propia tienda de armas, ambos saldríamos ganando.

- Es increíble que tengas un talento innato para fabricar armas pero no sepas utilizarlas, y tu plan no me convence... Vamos rápido o se nos hará tarde para almorzar.

A los pies de la escaleras de la iglesia, estaba un muchacho pelinegro, unos cuatro años menor que Reki y al igual que éste, Kaoru lo rescató de unos salvajes hombres lobos cuándo era un niño, los cuáles habían devorado a toda su familia y lo adoptó cómo su segundo hijo.

- Con todo respecto Cherry ¿Es necesario que Reki vaya? Nos retrasará con el entrenamiento - dijo Miya en tono burlesco.

- No seas así con tu hermano, Miya - lo regaño Cherry - él también debe saber defenderse.

- Sólo por hoy, estoy de acuerdo con Miya, voy a estorbar en vez de ayudar - agregó Reki.

- Chicos, sólo los entrenó en caso que lo necesiten, espero que nunca tengan que enfrentarse a nada, los amo demasiado cómo para arriesgarlos y enviarlos a alguna misión - les dijo Kaoru tiernamente.