Alex
Aquello no estaba mal, aunque podría ser mejor.
Analicé una vez más las graficas que aparecían en la pantalla del ordenador. Habíamos tomado mucho riesgo al hacer aquella última inversión pero al parecer los beneficios no se hicieron esperar y quizás ahora podíamos decir que éramos una de las mejores empresas de la zona.
Hacía relativamente poco tiempo mi equipo y yo comenzamos a adquirir pequeñas empresas publicitarias para unirlas a nuestro mercado principal. Fue un proyecto bastante ambicioso ya que sí una de ellas resultaba ser un fraude las demás podían rápidamente caer en picado logrando que mis propias acciones bajaran a toda velocidad.
Pero en cambio.. ¡Joder! Era un tipo con suerte.
Y un poco más rico también.
Estudia derecho decían mis padres. Ser abogado te garantizara un futuro prometedor, repetía mi madre con su voz chillona. El periodismo no es un trabajo solo una panda de imbéciles que se inventan las noticias, murmuraba entre dientes mi padre.
Claro. Era comprensible que él dijese aquello ya que por una noticia errónea de un periódico local su empresa se vio afectada y bajó rentablemente de categoría.
Pero.. ¿Y eso qué? No todos eran iguales y por supuesto durante estos años me había encargado de que mi empresa publicitaria fuese la viva imagen de la transparencia a la hora de informar.
Nébula.
Aquel nombre fue el titulo que elegí para mi trabajo de fin de carrera y con el que conseguí la mayor nota posible tras presentarlo en el tribunal frente a los profesores y el rector.
Hoy por hoy no podía estar más agradecido de cambiar de especialidad en mi segundo año de carrera. Me gustaba mi trabajo y creo que pocos tenían la suerte de disfrutar verdaderamente de su vocación.
Ese pensamiento se evaporó mientras enterraba los dedos en el cabello rubio de la chica que estaba arrodillada entre mis piernas.
Incliné la cabeza hacía atrás y centré mi mirada en el impoluto techo de mi despacho. Los sonidos de succión eran lo único que se oía en aquel lugar.
Tenía que reconocerlo, la chica sabía lo que hacía.
Aquella mamada había sido una bonita sorpresa para terminar el día de trabajo.
Vale, quizás también disfrutaba de mi trabajo debido a uno que otro momento como este.
La chica lamió toda la longitud de mi polla recreándose en la punta donde succionó un poco antes de volver a engullirla casi por completo.
Alcé un poco las caderas y llevé la mano a la parte posterior de su cabeza dándome yo mismo acceso a su boca que aceptaba deseosa mis embistes. Mis caderas siguieron sometiéndola con cada intromisión y sus uñas se enterraron en la piel de mis muslos.
Tenía la frente perlada de sudor pero por nada del mundo iba a parar. No, cuando tenía tan cerca mi liberación.
Unos segundos después logré mi objetivo y aquella chica se encargo de recibir todo mi derrame.
Relamió sus labios y limpió las comisuras de su boca antes de apartarse mientras yo me encargaba de acomodar mi ropa.
Me incorporé ajustando el nudo de mi corbata que se había desecho un poco cuando aquella chica me besó tal y como estaba acostumbraba a hacer.
-¿Como estuvo? -preguntó enroscando un mechón de su cabello en el dedo -.
-Genial, como siempre Amber – sonreí -.
ESTÁS LEYENDO
Tormenta
RomanceAlex tiene su vida bajo control, es dueño de un importante empresa publicitaria y las constantes en su vida son el orden y el sexo sin compromiso. Lila esta cursando su segundo año de carrera Universitaria. Impulsiva, sarcástica y con una mirada de...