Capítulo 55

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Corrimos del elevador pero al llegar lo que vieron nuestros ojos parecía una escena de horror.

Lionel estaba en el piso desmayado y al otro lado Charizard protegía a los dos chicos que gritaban su nombre desesperados.

Al frente una fuerte presencia nos hizo temblar, Eternatus parecía mirarnos a todos, cuando lo mire un nudo en mi estomago se formo, era enorme absurdamente enorme, la energía que desprendía de él se sentía aplastante por todo el lugar.

—¡Lionel!

Corrí a él preocupada, mis rodillas ardieron con el impacto pero me trague todo dolor cuando vi la condición en la que Lionel se encontraba.

—¡Gloria! ¡Paul! —Víctor corrió en auxilio de los chicos.

Las quemaduras corrían por todo su cuerpo e incluso su cabello estaba chamuscado.

Su capa estaba destrozada, seguramente intento evitar el golpe con eso.

Sus ojos dorados apenas lograron abrirse.

Mis manos temblaban sin controlarse por lo aterrada que estaba por su condición, ¿qué demonios había pasado?

—Tienen que correr...

Antes de que pudiera contestarle los chicos se colocaron frente a Eternatus, sacaron sus pokémon, los tres se veían decididos a luchar hasta el final, pude comprobar que no eran los niños con los que peleé en la ruta tres, eran un equipo fenomenal, me sentí solo un poco aliviada de que eran los chicos más confiables y fuertes.

Lionel tenía en su mano la pokébola de Charizard, la sujeté y corrí al pobre pokémon que estaba fuera de combate con grandes heridas también.

Los ojos me ardían por la impotencia de no saber qué hacer.

Guarde a Charizard para mantenerlo seguro, regresé junto a Lionel, había perdido el conocimiento.

Llamé al primer número que pude pidiendo ayuda médica para ambos, no escuché la respuesta pero me quedé junto a Lionel fijándome que siguiera respirando.

Un gran golpe se escuchó donde la pelea tenía lugar, habían logrado terminar con Eternatus, el gran pokémon se desplomo en el piso.

Pero quedaba mucho antes de siquiera celebrar, su cuerpo se lleno de energía para lanzarse hacia el cielo.

En segundos todo el cielo se convirtió en un vórtice negro y los objetos a nuestro alrededor comenzaron a flotar dando vueltas, el aire era opresivo dificultando el respirar, me incliné hacia Lionel protegiéndolo de cualquier objeto que pudiera empeorar su condición, un trozó de metal voló hacia nosotros, cubrí el cuerpo de Lionel con el mío causando un corte en mi brazo, sin ser profundo.

Los chicos también estaban agachados evitando que los golpeara cualquier cosa.

Cuando miré al cielo me quede sin palabras... la forma del Pokémon había cambiado.

—Es... enorme...

Los chicos debían estar igual de aterrados que yo pero aun con su miedo seguían luchando por detener a Eternatus.

El cielo bramaba con furia, los objetos pasaban cerca de nosotros y Eternatus era gigantesco, los tres chicos sacaron a sus pokémon pero ninguno de estos se movía para atacar.

—¡¿Por qué?! —gritó Paul evidentemente asustado por lo que ocurria.

Lo intentaron nuevamente... nada.

—¡Gloria! —gritó Paul a la joven—. ¡El escudo y la espada del Bosque Oniria!

Ambos jovenes sacaron algo parecido a una espada y un escudo en muy mal estado, ¿qué habían encontrado en aquel bosque?

Eternatus rugió hacia ellos con más fuerza pero no se doblegaron y antes que me lanzara contra ellos para protegerlos dos luces brillaron intensamente en el cielo.

Dos nuevos pokémon se colocaron frente a los jovenes, las armas brillaron con tanta intensidad por la energía que emanaba que tuvimos que cubrirnos los ojos.

El rugido de los dos pokémon hacía frente a Eternatus.

—¡Zacian y Zamazenta pueden ayudarnos a ganar!

La ayuda de ambos hicieron que sus pokémon lograran atacar, cada uno de los jóvenes luchaba junto a los pokémones legendarios de la historia.

—Ellos...

Lionel había regresado en sí, parecía perdido en los jóvenes, movió su mano a mí y la sostuve con cuidado, su cuerpo estaba frágil.

—Confía en ellos, Lionel —dije esperanzada mirando cada ataque de los jóvenes, eran realmente fuertes—, ellos ganaran esta batalla.

Como si el destino lo quisiera, los chicos lograron derrotar a Eternatus, Gloria miró a su hermano y Paul también.

El chico sacó una pokébola llena de energía Dinamax y con todas sus fuerzas fue arrojada.

La energía se movió con todo el lugar, el aire se lleno de partículas rojas, Eternatus no tenía escapatoria, su gran ser comenzó a ser capturado y la gran pokébola cayó al piso en un sonido seco.

—Uno...

La pokébola se movió violentamente.

—Dos...

Un giro más pero sin mostrar señales de romperse.

—Tres... —susurré esperanzada al ver lo que sucedía.

La pokébola regreso a su forma original capturando a Eternatus.

Los objetos comenzaron a caer nuevamente, grite asustada protegiendo a Lionel pero otro pedazo de concreto chocó contra mi mano haciendo un corte cuando evite que golpeara a Lionel.

La oscuridad desapareció del cielo ambos Pokémon rugieron antes de desaparecer volando.

—¡Por aquí!

Las voces de varias personas corriendo se escucharon al fondo.

Sonia fue la primera en aparecer seguida de Roy quien corrió sin dudar hacia nosotros para auxiliarnos.

Ayudaron a Lionel con primeros auxilios aunque él seguía inconsciente, perdí la noción del tiempo lo único que recuerdo es estar llorando frente a Lionel.

La Corona Olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora