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Uno esperaría, que la batalla más difícil que estaba por luchar Roxanne, sería su enfrentamiento de negociación con el heredero de la familia Duet, pero no, la realidad es que estaba perdiendo contra una mesa de postres.

Frente a ella, una mesa larga cubierta de postres irresistibles: tartas de chocolate, macarons, pasteles de crema y un sinfín de dulces que parecían invitarla a romper todas las reglas. Su estómago gruñía con la intensidad de una tormenta, pero su mente estaba llena de agravios. Mientras sus ojos seguían fijos en aquel pastel de chocolate que casi parecía llamarla por su nombre.

—¡Maldita sea la medicina! —murmuró, lanzando miradas fulminantes como si fueran sus enemigos personales.

Miraba las tartas como un animal hambriento, con los ojos llenos de anhelo, cuando de repente, un susurro la hizo saltar:

—¿No te han enseñado que está mal desear lo que no puedes tener? —susurró Argen, acercándose lo suficiente para que Roxanne sintiera su aliento cálido. La voz masculina venía con un tono de malicia.

Era natural que Roxanne, no notará la llegada de Argen, para empezar no esperaba verlo hoy, en segundo lugar las habilidades de sigilo de Argen eran poderosas, en el pasado había cumplido misiones que requerían unirse a campamentos enemigos y había cumplido su papel perfectamente, en tercer lugar, el sistema huyó en silencio y no le aviso a Roxanne.

Sin embargo, lo que Argen no esperaba fue, Roxanne, atrapada en su trance de anhelos culinarios, dio un salto como si la hubieran electrocutado, gritando con una mezcla de sorpresa y pánico. En un arranque instintivo, se giró para enfrentarlo, y en su torpeza, ¡plaf!, su frente impactó contra la nariz de Argen.

Argen recibió un cabezazo como saludo en su tercer encuentro oficial con la princesa Adriana.

Roxanne:—...

Argen:—...

[Sistema: —Que bueno que tenía lista la cámara]

Roxanne automáticamente vio pasar la vida ante sus ojos, primero la guillotina, luego al siguiente segundo su cabeza rodando lejos como una manzana, solo que, dejando atrás un charco de sangre. ¿Y todo por una tarta?.

[Sistema: —Una tarta de chocolate]

«Gracias por recordarlo...».

[Sistema: —De nada].

«Roxanne:—...»

Roxanne trato de recuperar su compostura mientras maldecía internamente al sistema, su cerebro casi echa humo mientras inventaba una excusa—¡Fue un saludo antiguo de la Raza Sirena!.

Argen:— ¿Qué?.

[Sistema:—¿En serio fue lo mejor que se te ocurrió?]

«Por favor cállate, compañero cerdo»

Roxanne fingió toser y con voz seria dijo:—Es una tradición antigua.

—¿Entonces ustedes se dan cabezazos como saludo?

—No siempre, solo en muy, muy raras ocasiones, y solo si, bueno... Se cumplen ciertas condiciones las cuales son muy largas y tediosas. Ya sabes, los Zords en la antigüedad, olfatean la nuca como saludo, así que es casi lo mismo para la raza sirena, en fin no quiero aburrir a su alteza con esta charla ociosa, en realidad tengo más curiosidad por saber la inesperada visita de su alteza.

[Sistema:—Tu capacidad para mentir tan fácilmente sin cambiar de expresión debería ser un delito, por exceso de descaro]

Argen sonrió como si estuviera aceptando la respuesta de Roxanne de manera natural:— Bueno definitivamente no venía hasta aquí para salvarte de ser atragantado por los postres, parecía que ibas a barrer la mesa hasta dejarlo todo limpio.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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