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Capítulo 15: Drago Duet Karcet (II).

La mansión secundaria del Barón Carlos se erguía como un titán opulento, con su fachada de ladrillo oscuro y elaboradas molduras que reflejaban un esplendor antiguo. Sin embargo, a medida que uno se adentraba en el interior, la grandeza de este lugar era más un intento desesperado de parecer un espacio lujoso y sofisticado, cuando en realidad no era más que un lugar con una atmósfera asfixiante: un cascarón bello por fuera y vacío por dentro.

—Ngh... ah... Agh... ah... más...

En uno de los dormitorios de esta mansión, una mujer albina se retorcía en la cama; sus ojos rojos brillaban con un fulgor casi sobrenatural. Su piel, pálida como la luna, contrastaba con las sábanas de terciopelo negro que la rodeaban.

El Barón Carlos tenía una mirada fría y un semblante serio; observaba desde la puerta. Aunque la mujer producía una sinfonía de gemidos placenteros, él no parecía impresionado. Frunció el ceño, sus pensamientos llenos de insatisfacción.

—Detente, lo estás haciendo mal —dijo el Barón, su voz resonando como un eco en la sala, fría y autoritaria.

La mujer, con una voz que revelaba una cautela inusual, preguntó: —¿En qué me equivoqué?

Un aire de silencio pesado envolvía el espacio.

El Barón Carlos tenía claro que su estatus como un simple barón no era suficiente. Soñaba con ser vizconde, un título que le permitiría abrir puertas que hasta entonces le habían sido negadas. Y para alcanzar ese objetivo, el heredero de la familia Duet se convertía en la clave de su éxito.

La familia Duet tiene una larga historia y una fortuna considerable.

Con su estatus como el Barón Carlos, solo podía soñar en ingresar a esa prestigiosa familia, pero no sabe si es porque gasto la suerte de tres generaciones de su familia, finalmente se le presento la oportunidad de ingresar a esa familia. Drago Duet, el heredero de los Duet anuncio que está dispuesto apoyar a la persona que encontrará a su amada, cuyo nombre era Rebreka.

Ahora que tenía a esta mujer que se veía igual a la amada del heredero de los Duet, por supuesto tiene que entrenarla para que pueda complacer a Drago Duet, es por eso que el Barón Carlos, como un director de teatro observo la escena de la mujer en la cama, quien intentaba mostrar sus habilidades de dormitorio, pero el Barón Carlos quien había visitado varios burdeles en el pasado, al comparar a esta mujer que a su parecer todavía no tenía el encanto seductor de esas prostitutas. Se encontraba decepcionado y preocupado porque esta mujer no se tomará en serio seducir a Drago Duet.

Entonces, el Barón Carlos para educar correctamente a esta mujer inútil, bella pero sin el suficiente encanto seductor para hacer que un hombre se vuelva loco en la cama, concluyó que esta mujer necesitaba más experiencia, con un chasquido de sus dedos, el Barón Carlos llamo a las personas que esperaba que lo ayudaran, ya habia tenido todo listo, un grupo de hombres altos, musculosos y con apariencia de matones ingreso a la habitación.

Carlos se acomodó en su silla, sintiendo que cada palabra que pronunciaba la acercaba más a sus propios propósitos

La miró fijamente, su expresión fría y calculadora.

— Tu error, es que te hace falta experiencia para interpretar bien el papel de una mujer en los deberes del dormitorio, estos hombres se encargarán de entrenarte.

Pero al explicarle lo que a su parecer eran buenas ideas, la mujer que antes solo tenía un rostro congelado y libre de expresiones ahora mostró un profundo miedo, miraba al Barón Carlos como si fuera un monstruo.

Al Transmigrar ¡Me case con el Villano!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora