Día 11: Confesión mutua
PARTE 1.
Años antes
Midoriya llevaba planeando ese momento más tiempo del que le gustaría admitir.
Uraraka decía que estaba exagerando todo, y que no tenía sentido hacerlo porque una confesión debía de ser algo natural y genuino.
Iida decía que era algo digno de Midoriya preparar las cosas tan bien y que estaba orgulloso de él por dar el primer paso en algo tan importante como una declaración.
Él solo podía rogar porque todo saliera tal y como quería para que, al final del día, realmente pudiera tomar la mano de Shinsou como algo más que solo su amigo.
—¿Y entonces? ¿Qué tienes planeado, Deku?
Suspiró temblorosamente, apretando un sobre de papel contra su pecho.
—Promete que no te reirás.
Uraraka parpadeó una vez, intercalando su mirada entre el rostro sonrojado del peliverde y la manera tan sobreprotectora en que sostenía un pedazo de papel arrugado entre sus manos. Una mueca de nada más que pura exasperación inundó sus facciones cuando comprendió la situación y no por primera vez, Izuku se preguntó cómo la bestia que tenía delante de sus ojos era capaz de vivir debajo de las tiernas mejillas rellenas. La castaña era muy probablemente el lobo con la piel de oveja y eso se confirmó para él cuando su carta —la carta que había pasado toda la noche escribiendo— fue arrancada con brusquedad de entre sus dedos.
—Juro que, si me dices que esto es una carta de amor, voy a ponerte un moño lila y yo misma te obsequiare a Shinsou como regalo de San Valentín.
Los labios del peliverde temblaron, negándose a responder. Y la chica no necesitó otra respuesta.
—¡Deku! ¡No puedes declararte con algo tan anticuado! ¿Quién demonios escribe cartas de amor hoy en día? ¿No crees que es demasiado... ñoño?
Jadeó con indignación. Su boca abriéndose para demostrar el impacto que las palabras de la castaña tuvieron en él.
Porque, ¿desde cuándo las cartas de amor eran consideradas de esa manera?
Izuku había puesto todos sus sentimientos en cada letra que escribía, e incluso había descargado de internet una hoja decorada con gatitos para hacer el detalle más romántico. Se había gastado toda la tinta de su pluma de color morado en aquel pedazo de papel que reescribió más veces de las que podía recordar e incluso compró un sobre verde menta para guardarla y lo selló con una estampita de corazón.
Se esforzó más en esa carta que en la tarea que debían de entregar aquel día, y ahora, la mirada de su mejor amiga le estaba haciendo dudar seriamente de si había sido una buena idea.
¿Era realmente tan malo?
¿No era una especie de cliché romántico citar a la persona que te gustaba detrás de algún edificio para entregarle una carta de amor escrita a mano? ¿No era algo dulce y tierno?
¿Las películas románticas le habían mentido?
—No dejare que te declares así —No pudo hacer nada cuando Uraraka dobló por la mitad el sobre que tanto había querido proteger, y se lo tendió con el ceño fruncido —. Pensaremos en algo más tarde. Ten, guárdala y no dejes que nadie la vea. Mucho menos Shinsou.
—¿Qué es lo que no debo de ver?
Ambos chicos se sobresaltaron cuando el mencionado apareció completamente de la nada a un costado de ellos. Ninguno de los dos escuchó siquiera un paso que les indicara de su presencia y ahora no podían hacer nada más que mirar pasmados el rostro ojeroso.
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31 Pecas [ShinDeku]
Fanfiction#Flufftober Shinsou Hitoshi y Midoriya Izuku son una pareja estable con momentos terriblemente dulces. ... Historias cortas (o no tan cortas) de ShinDeku. AU! Sin quirks Disclaimer: Boku no Hero Academia es una obra escrita e ilustrada por Horiko...