Insectos Mortales ☕🍵Beelzebub X Qín Shǐ Huáng🍵☕

☕De nuevo☕

La batalla campal de miradas no mejoró con el pasar de los minutos, y más que nunca Beelzebub y Nittiyam pudo comprobar que Ziying odiaba a su abuelo en la forma tan amenazante en la que lo estaba mirando, y el sentimiento parecía ser mutuo porque Qín Shǐ Huáng le devolvía esa misma mirada, ellos dos sí que eran familia, no solo por su parecido, sino por su actitud, ya que eran los únicos en la mesa que no estaban ni siquiera fingiendo cordialidad, como lo estaba siendo Meng Tian al mantener una expresión neutral, o Fusu simplemente manteniendo la mirada baja...aunque él lo hacía más que nada por seguir temiendo ver los ojos de su padre.

La tensión podía ser cortada con un cuchillo, y sin poder soportarla mucho más tiempo, Nittiyam dió un pequeño golpecito a la mesa para terminar con esto.

–Escuchen, sé que esto es difícil para ustedes, pero tienen que hablar–dijo Nittiyam provocando entonces que empezara la batalla.

–¿Debemos hablar de que el emperador acabó no solo con la vida de mi padre sino que también dejó a mi estúpido tío a cargo?–preguntó Ziying de una forma inocente que no podía ser más sarcástica.

–Cuida el tono que usas conmigo, jovencito–dijo Qín Shǐ Huáng molesto con la actitud altanera de su nieto.

–Tú no me mandas–dijo Ziying afilando la mirada, pero casi al instante Meng Tian puso una mano sobre su hombro.

–No vamos a llegar a nada así–dijo Meng Tian de forma muy tranquila, y para sorpresa de la diosa y los luchadores del Ragnarök, solo eso bastó para calmar al menor.

–Tan solo...díganos para qué nos llamó...sería más fácil así...–dijo Fusu apretando contra sí mismo su perrito pequinés, quien estaba retorciéndose para liberarse y seguro ir en contra del primer emperador.

–...eh...–Qín Shǐ Huáng buscó apoyo en el demonio a su lado.

–Zhèng los llamó porque quería hablarles de todo ese tema de la orden de suicidio a su nombre–dijo Beelzebub nada más provocando que Ziying rompiera el vaso de vidrio que tenía en su mano por la fuerza con la que lo apretó.

–Cuidado con el vidrio–dijo Nittiyam preocupada por la cortada que se había hecho el menor.

–¿Qué tan descarado es hacer—?

–Ziying, por favor–Fusu miró a su hijo sin cambiar su expresión lacrimosa, pero aún así este entendió que debía quedarse callado.

–Creo que ya deberías decirlo–dijo Beelzebub mirando al emperador, quien solo pudo tomar una de sus manos para darse fuerza, algo que sorprendió por unos momentos al demonio.

–...–suspira–Fusu, el mayor error que pude cometer en mi vida fue el exiliarte–dijo Qín Shǐ Huáng ganándose la inmediata expresión de sorpresa tanto de su hijo, como de su nieto y el soldado junto a ellos–tú hubieras podido ser un mejor emperador que yo

–Esto...eh...yo...–Fusu no sabía ni qué responder.

–¿Esto es una clase de trampa?–preguntó Ziying sin entender a su abuelo.

–No, no...lo digo enserio, Fusu, tú tenías el derecho y la capacidad de gobernar correctamente, y fue mi culpa que acabarán engañándote–dijo Qín Shǐ Huáng llevando su mano libre a su pecho.

–¿Engañándome...? ¿D-De qué está hablando?–preguntó Fusu agitando sus manos.

–Tu hermano, Huhai, junto con Li Si no querían arriesgarse a perder poder si tú llegabas a ser nombrado emperador, por eso, después de mi muerte, ellos escribieron para ti la orden de que te suicidarse usando mi nombre–dijo Qín Shǐ Huáng sincerándose con su hijo.