🍵Al final...🍵

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Nittiyam no sabía absolutamente nada de embarazos, y no la pueden culpar por ello.

Es una diosa virgen que estuvo oculta en su propio lugar seguro desde que sus compañeros fueron sellados, a duras penas se conectó por tres minutos con los dioses cuando ascendió a Buddha a la divinidad, y más tarde llegó a estar presente en el Ragnarök. Tampoco podía pedirle ayuda a sus Arcontes con ese tema, el Arconte del Inicio podrá solo adopta a muchos niños y los cría como su padre, en el Arconte de la Creación su propio título dejaba en claro que él creaba, no daba a luz o hacía que alguien más lo hiciera, el trío de Arcontes de la Flora, Fauna y Energía...ni hablar de ellos, tienen el género es de adorno, más castos no podían ser, y en cuanto a la Arconte de la Evolución, un cuarto de lo mismo que el Arconte de la Creación.

La única que sabía de embarazos, resultó ser la Arconte de la Fuerza, D nombre Phi, quien se presentó el día en que el primer emperador de China tenía que dar a luz, siendo para sorpresa del Arcángel Jofiel, quien se suponía que tendría que ser el encargado del proceso, la persona que lo reemplazaría, ya que además de ser la única Arconte de Nittiyam que sabía cómo era un embarazo y cómo atender un parto, también era la única que sabía cómo atender a un parto masculino, así que quitando a Jofiel de su lugar, se acercó a Qín Shǐ Huáng, quien parecía estar sufriendo mucho en ese momento.

Phi puso una mano sobre la frente del emperador, y tocando el tatuaje de su propio pecho en forma de una "Ω", transmitiendo un tipo de energía negruzca al menor, pero justo luego de hacerlo, llegó a formar una expresión de entre sorpresa y molesto en su rostro, terminando por quitarle una cuchilla a Barbatos y empezó con el conocido proceso de "cesárea"

Nittiyam creyó que lo que quería era matarlo, pero Jofiel, mientras le tapaba los ojos, le explicó en qué consistía ese proceso que estaba aplicando la Arconte, aunque el por qué fue ella quien terminó por decírselos mientras trataba de concentrarse en lo que hacía:

De lo poco que llegaron a entender, fue que el bebé podría lastimar a Zhèng si nacía en parto natural, algo que la primigenia no llegó a entender, ¿cómo bebé podría lastimar a su..."madre" con nacer? Sabía sobre el dolor por el que uno podría pasar durante el parto, pero de allí a que lo lastimara...de eso no conocía nada, pero confiaba en su Arconte, así que la dejó tomar las precauciones que fueron necesarias, y Barbatos la apoyó totalmente en el proceso donde ella soportó que el emperador le apretara la mano en cada punzada de dolor que tenía. Su invulnerabilidad a los dioses y humanos aparentemente solo cubría cualquier tipo de herida, pero no el dolor que uno pudiera provocarle al ejercer fuerza, aunque fuera sin intensión.

Si tuviera que estimar, diría que pasó alrededor de unos treinta a cuarenta minutos con lo lenta que Phi estaba siendo, pero cuando sintió que por fin Zhèng soltaba su mano, y escuchó el llanto de un bebé, se alivió de sobremanera...los primeros cinco segundos, ya que pasados estos, sintió algo pequeño, bajo la palma de su mano, y cuando Jofiel le quitó las manos de los ojos, los dirigió hacia esta abriéndola, terminando por encontrar unas diminutas partículas de polvo semi-brillante...

Nittiyam abrió los ojos como platos al saber qué significaba eso, y sin tomarse el tiempo de ver al bebé, dirigió lentamente su mirada hacia Qín Shǐ Huáng, notando entonces la razón por la cual escuchó el llanto del bebé justo cuando este soltó su mano...él...había muerto a penas lo dió a luz...

¿Por qué...? ¿Qué se supone que hizo su Arconte...?

–Mi diosa...–Phi trató de llamar su atención con cuidado, ya que notó el shock en el que esta había quedado.

La Arconte azabache sostenía en sus brazos un bebé pequeño, de piel clarita, tenía los ojos fuertemente cerrados, y sus cortos cabellos eran de un negro tan puro que hasta parecía brillar a la luz, lo sorprendente de esa criatura resultaba ser los dos pequeños cuernitos que sobresalían a los dos lados de su frente, no eran largos ni tampoco puntiagudos, pero se lograban medio ver...

¿A eso se refería su Arconte con que podía lastimar al emperador? ¿Unos cuernitos tan pequeños?

Sus ojos se cristalizaron no sabiendo si sentir enojo, dolor, pena, o todo junto, ni siquiera llegó a reaccionar a tiempo cuando Phi con un solo movimiento de su mano curó el cuerpo de Qín Shǐ Huáng y limpió al hijo de este nada más usando su magia, fue cuando Jofiel a modo de respeto quiso cubrir el cuerpo que reaccionó, y no de la buena manera.

–¿Qué hiciste?–preguntó Nittiyam con la voz empezando a quebrársele.

–Le juro que traté de mantenerlo con vida, he hecho esto antes, pero murió a penas nació el niño–dijo Phi tratando de justificarse, ella en realidad parecía tan confundida como los demás presentes–no era mi intensión...

–Phi, dame al bebé–dijo Nittiyam sin querer escuchar razones.

–Mi diosa, escúcheme—

–Dame, al bebé–dijo Nittiyam con más firmeza.

La Arconte se quedó callada por un momento, pero no podía contradecir a su diosa, por lo que se inclinó para darle al bebé y junto con el arcángel y el demonio fueron rumbo a la salida de aquella casa, sin atreverse a seguirla cuando esta salió nada más llevándose una larga gabardina con capucha, solo se miraron los unos a los otros esperando que no fuera a hacer una locura...

Claro que no haría algo de lo que ellos pudieran estar imaginando, solo quería llorar sola un rato, se aguantó las ganas de hacerlo antes, pero ahora sus razones eran las suficientes para irse a cualquier lugar donde nadie la molestara.

Al final...terminó como hace ya millardos de años, llorando por la pérdida de un buen amigo...

Insectos Mortales ☕🍵Beelzebub X Qín Shǐ Huáng🍵☕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora