×CAPITULO 5×

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En todos estos días con Sae-Byeok siento que de alguna manera nos hemos vuelto más cercanas. Al menos puedo decir que confía en mí más que antes, y eso la verdad me alegra. Me hace olvidar todo lo que me hace sentir el hecho de estar en un lugar desconocido, sola, básicamente dejando atrás todo lo que conocía antes.

En ese tiempo tomé el valor suficiente para ir a ese lugar que probablemente sería mi casa. Así que en este momento me encontraba con Sae-Byeok yendo a la dirección que el hombre con el que hablé el otro día me dió.

Al llegar vimos una casa pequeña, se veía vieja y un poco fea, pero al parecer era esa.

- Espérame aquí - le dije - No tardo.

Caminé hasta la puerta y toqué. Unos segundos después un hombre abrió. Se veía como el hombre en las fotos. ¿Él era mi padre?

- ¡Ja! Hasta que te dignas a venir - dijo aquel hombre. Tenía un aspecto que daba un poco de miedo. Además, traía una cerveza en la mano. Adentro de la casa se podían ver muchas más botellas, en todos lados. Esto no está bien.

- Ah... - realmente sentía miedo.

- ¿Qué estás esperando? Entra, estúpida - me tomó del cabello y me tiró dentro de la casa. Aquí fue donde me arrepentí de haber venido - ¿Dónde estuviste estos días? - dijo amenazante.

- E..estaba intentando ganar dinero - dije a punto de llorar, nunca había pasado por algo así. No quería verme débil, pero en realidad soy muy sensible. Me levanté del suelo.

- Si, claro. ¿Cómo ganabas dinero? ¿Ahora eres prostituta? ¿Dónde está el dinero que dices que fuiste a ganar? - dijo en tono de burla.

- ¿Qué? N..no - dije.

- No tienes nada de dinero, ¿verdad? - dijo él - ¿Estabas con otros chicos? ¿Si? - tomó un poco de cerveza.

Me tengo que ir de aquí.

- N..no, no es eso - dije. Él me golpeó tan fuerte que casi caigo de nuevo. Ahora si estaba llorando, creo que me reventó el labio.

- ¡No me contradigan! Sé que es así. Sabía que eras como tu madre - dijo, estoy segura de que está al borde de la locura - No saldrás de esta casa de nuevo, ¿oíste? - echó seguro a la puerta y me miró.

- P..pero, tengo que trabajar mañana - dije entre lagrimas.

- Claro que no, no irás. No creo que realmente tengas un trabajo. Si llegas a salir de aquí, me encargaré de que termines como tu madre - dijo riendo, pero de una manera un poco macabra.

¿Mi madre? ¿Qué pasó con ella?

- ¿Qué? - dije asustada.

-Como escuchaste, me encargaré de que termines tres metros bajo el suelo - dijo tan simplemente, que no parecía que hubiera dicho lo que acabó de decir - Un tiempo en prisión no es nada para mi, lo sabes. Además, tengo a alguien que fácilmente me sacará.

Ahora si, aquí fue. ¿Ella está muerta? ¿Él la mató? Si es así, ¿Qué mierda hago acá?

- Deberías pedirme perdón por ser tan mala hija, agradece que te he estado aguantando todos estos años - dijo él - Ve a hacerme algo de comer y luego te castigaré, ¿entiendes?

Perdón, ¿qué? ¿Perdón por qué? No sé como pero me tengo que ir de aquí ahora mismo.

Hice lo que me dijo que hiciera y fui a la cocina mientras él estaba en la sala tomando. Al entrar vi al gatito de las fotos. Lo único bueno en esta casa seguro. Le serví un poco de comida que la verdad se veía vieja pero no había nada más.

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